Nota De Suicidio

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Padre y Madre.

Ya me encontraba acarreando este letargo desde hace mucho tiempo, múltiples veces imaginé este momento. Terminar con mi vida.

No soy como los que amenazan que lo van a hacer mi dolor no es porque el mundo no me comprenda mi pena, es el no poder cambiar nada y verme inútil sin ningina razón para vivir, es solo escapar de la realidad por fin liberarme. Solo necesito jalar el gatillo.

Desde hace tiempo que estoy muerto algo esta jodido en mi mente o es que quizá sea de los pocos cuerdos en un mundo loco, si quieren escupan en mi tumba meenla pero no me interesa que lloren.

A los que en vida odie no les deseo la muerta al contrario espero que vivan y muchos años ya la vida los hará sufrir. Mi cerebro consumió mis ganas de hacer cualquier cosa, es como salir un día soleado al parque hacer deporte y que empiece ha hacer frío que se ve conjugado con una copiosa lluvia, volver a la oscura guarida de mi cuarto a leer e intentar escapar de la cruel realidad donde te pegan te matan y te violan donde quienes estan en el poder dictan las verdades y la historia la reescriben.

Ya nada me llena. Antes creía que debía distraerme para no terminar con mi vida pero he comprendido que no me la puedo pasar todo el tiempo huyendole a la tan anciada muerte.

Si creen que es por un desamor un desencanto no consiguen mas que hacerme reír, es mas solo quería pasar tiempo con ella para olvidarme de la bella muerte. La liberacion que me esperaba tras haberme perdido en este oscuro bosque otoñal la puerta, la salida pero en el bosque se encontraba ella podía disfrutar del lugar podía olvidar que existía esa puerta pero ella no lo quiso así.

Si quise seguir viviendo en esta farsa era porque no quería que mis padres también desearan tomar esa salida, los veía felices al pensar que su hijo tendría la felicidad que no alcanzaron pero lo que ellos no saben es que es solo un círculo vicioso en el cual si fuera del monton hubiese terminado casado con hijos deseando que ellos alcansacen la tan ansiada y efímera felicidad.

Es verdad a pesar de que no parezca existe, pero no como algo alcanzable sino como pequeños momentos que nos aletargan en un hermoso ensueño antes de ser espabilados por la cruda realidad.

Desearia ver mi funeral oir sus voces y que se alegreguen de que yo haya escapado, ya que me liberé de esos amores civilizados, de esos san valentines de esos etrenos domingos por la tarde, de esos caminos rectos que tenemos que seguir día a día y esas metas esas metas que nos distraen hasta que las alcanzamos y no son tan perfectas como nos las imaginamos y nos planteamos las siguientes eternamente.

Quisiera seguir siendo el niño ignorante que no comprendía eso. Quizá de esa manera podría tener esos momentos de alegría y euforia pude también disfrutar siendo una escoria drogadicta, pude ser un poeta si la inspiración me acariciaba. Cuántas cosas pude ser, pero para qué si todos, hasta quienes te sonrien y parecen jamás entristecer entristecen tienen sus dias grises en los cuales les arden más sus cicatrices que acumulan día tras día en la vida.

Y sí, soy un cobarde al escapar de este infierno de la escoria de el poder podrido donde te definen lo que es bueno y lo que es malo. Donde te es difícil pensar las cosas por ti mismo y donde si lo haces eres perseguido.

No quiero pertenecer a esto. Tengo la llave para huir; la estoy tocando, este frío revolver que al hacer contacto con mi piel aún me hace temblar, aún siento los escalofríos rozando mi cuerpo, aún veo la luna y quiero que se caiga acariciar a la locura y que repente no me vuelvan a ver.

Recuerdo cuando estos pensamientos empezaron a inundar mi mente. Jamás creí que lo haría siempre huía, siempre hubo una razón que lo evitaba, pero cada vez que vivo más y aprendo más solo grito esta frase al viento "personas igual a mierda" y sí, yo me incluyo.

Me imaginé mi funeral todos escuchando "el primer trago" a todo volumen, y ni se me hizo extraño, ya que no hay trago más amargo que tragar un nudo atado en la graganta.

Lo único que me detenía, el no querer causarles esa sensación a quienes de alguna manera suicida me quisieron. Quererme era suicidarse lentamente, escucharme puede que haya sido interesante pero era envenenarse poco a poco cuando surgía un comentario de mi boca pocas veces fue feliz.

Las cosas inocuas que me alentaban no me hacían feliz, pero que de alguna manera me llenaban. Estaban como yo, lleno de hastío a la vida. El alcohol no me gustaba más aun lo bebía para escapar de la realidad.

Y en los cumpleaños y en las navidades yo tomando, yo escapando yo olvidando. Y de lo que pase
Me enteraré un día después porque hoy me emborraché.

Mas al final da igual "LAS ALMAS NO SE PUEDEN SUICIDAR."

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