Madness

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1. Bienvenidos

Lo primero que mis ojos vieron al bajar del auto fue un gran cartel en la entrada: "Madness". Eran las ocho de la noche y me dirigía a aquella feria que se había vuelto tan popular aquí en Madrid. No soy de ir a esta clase de lugares, me parecen infantiles, pero Miguel de alguna forma me convenció; nunca habría escuchado de ella si no hubiera sido por él, a quien estaba esperando para entrar.

Agarré mi móvil para revisar si tenía algún mensaje o llamada: nada. Levanté la mirada y me encontré con los ojos de mi mejor amigo, provocándome un susto.

– ¡Joder! Me has asustado. – dije con la mano en el corazón.

– Eres un cagón, Rubén. Solo me he parado frente a ti. – respondió con una sonrisa en su boca. – Bueno, ¿entramos? – asentí y nos dirigimos hacia la boletería.


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– ¡Muy buenas noches, jóvenes! ¿Qué puedo ofrecerles?

– Queríamos dos boletos, por favor.

El hombre se nos quedó mirando por unos segundos, analizándonos. Al mirar a Miguel noté como sus pupilas comenzaron a dilatarse mientras observaba al hombre de la colorida galera. ¿Qué estaba pasando?

– Disculpe... ¿podría darnos los boletos de una vez? – pregunté, impaciente. Entonces el hombre dirigió sus ojos hacia mí y asintió entregándonos los boletos, los cuales por alguna extraña razón sacó de un cajón bajo llave y no de los que se encontraban encima de la pequeña mesa. Eran negros con un borde plateado que brillaba, siniestros pero a la vez lindos a la vista.

– Que tengan una linda noche, jóvenes. Nuestra feria los dejará como locos. – nos gritó desde su puesto. Agarré a Miguel del brazo y atravesamos la entrada.

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– ¿Estás bien? ¿Qué te pasó en la boletería? Parecías como hipnotizado por algo.

– ¿Eh? No, tranquilo. Estoy bien, solo... estaba un poco mareado es todo.

– ¿Seguro? Si quieres nos volvemos no pasa...

– ¡Que no, joder! Estoy bien, sigamos. – dijo agarrando mi mano, guiándome detrás de él.


2. Pistolas con agua

El primer juego era uno en el cual, con una pistola de agua, había que embocar el agua en la boca del payaso, haciendo que el globo encima de este explote. Comenzamos a "disparar" y Miguel iba ganando. Trataba de empujarlo con un brazo pero no podía lograr que perdiera.

– Mira, tienes a una tía súper buena detrás de ti. – traté de decirle de la forma más creíble.

– Calla y juega. – respondió sonriendo.

Entonces al mirar detrás de él vi a un hombre con una máscara. Era blanca y en lugar de ojos tenía pintado con color negro una especie de manchas, simulando la ausencia de éstos. Llevaba una soga la cual tenía alrededor de sus muñecas, sujetándolas.

Estaba por pronunciar el nombre de mi mejor amigo cuando este dirigió su pistola de agua hacia mi cara haciéndome perder el equilibrio y caer al suelo.

– ¡Que te gano, que te gano! – logré escuchar de parte de Miguel, quien se estaba riendo por mi caída.

Volví a mirar en dirección hacia el hombre de la máscara, pero ya no estaba. Me sobresalté cuando escuché una sirena.

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⏰ Última actualización: May 02, 2016 ⏰

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