El diario de Harry.

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- No, ¡Darcy! no toques la cámara.- se escuchaba entre risas esa dulce voz que aún podía distinguir.

- ¿Que haces princesa?. - otra voz masculina entra en escena, esta vez tomándome en sus brazos y alejándome de aquel aparato antes de que logre dañarlo. - Eres una traviesa. - Dijo depositando un beso en mi mejilla.

Así comenzaba el tape que me transportaba a los recuerdos más recónditos de mi alegre y feliz infancia. Allí me encontraba, dándole replay una y otra vez como si eso pudiera volver el tiempo atrás. 

Mi nombre es Darcy, me apellido Tomlinson, aunque, los fans de la antigua banda de mis padres me conocen como Darcy Stylinson. Tengo 15 años, estudio en un mediocre colegio donde las adolescentes exhiben su cuerpo como si estuvieran en una pasarella de modelaje, y los niños, son todos unos engreídos  e idiotas. Estoy enamorada del chico misterioso, al cuál no me acerco por recomendación de ...¿todo mundo?.

Mi padre no comprende mi pasión por la música, nada raro con la familia de artistas que me tocó,  el dice, que los sueños pueden esperar. Irónico, ¿no? se dice que conquistó el mundo en plena etapa de juventud.  No podía entender en que momento se ha vuelto tan distante con la gente. Porque así era él, distante. A veces, sentía que la respuesta era muy simple: desde yo que había llegado a su vida. 

Tengo amigas, pero a veces me siento un poco sola, mi vida ha estado llena de lujos, pero siempre le faltó algo. Por eso decidía concentrarme en los estudios, una vez finalizado, entraría a la mejor academia de canto del país, grabaría mi primer disco, y luego comenzaría una gira que volvería loco a los fanáticos. ¿soñaba mucho? quizás, pero no triunfa el que no sueña.

" - No, ¡Darcy! no toques la cámara."

Allí estaba... una vez más, mientras todo lo que me rodeaba en esa sala parecía desaparecer por un instante. De repente sentí una prescencia a mis espaldas. Esa frase. Esa frase lo había erizado, se notaba, y sus ojos se vidriaron. Efectivamente los recuerdos estaban a flor de piel.  Yo, me había puesto algo nerviosa, lo suficiente como para tragar saliva con dificultad. ¿Debía disculparme? ¿Que debía decir?

- Ponle pausa. - Interrumpió mis pensamientos.

- ¿Estás bien?. - Noté que sus manos estaban inquietas.

- ¿De donde sacaste esto?.- Se acercó hacia aquel sillón de pana para tres donde un espacio vacío había quedado, y se sentó lentamente en él, como si le costara dirigir los movimientos de su propio cuerpo.

- Ni siquiera lo recuerdo. -

- Darcy... -

- ¿Que?. -

- Conozco ese gesto... - Me hice la desentendida. - con el labio inferior.- 

Sí, efectivamente sabía cuando le estaba mintiendo.

- Estaba en el zótano, con las cosas de papá.  - Hice una pausa y  agache la mirada. - No he podido resistirme - Continué. - lo encontré y lo he visto a escondidas.- 

- Ven aquí. - Dijo abriendo sus brazos para que me recueste en su pecho, lo cuál me sorprendió. 

Dió play.

"- ¿Que haces princesa?. Eres una traviesa.

- Darcy... papá Harry, miren aquí. -

- Oh... saluda pequeña. -"

- Estaba completamente enamorado de su pequeña Darcy... -

 - ¿Por qué tiraba de sus rulos? Que malvada. - Ambos reímos.

- El siempre sabía como hacerte sonreír... incluso si eso implicaba los tirones en su cabello. - 

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