La Pieza Que Cambio Mi Vida

>Capitulo 4<

Todo marchaba bien, las clases mejoraban. Teoría ya no era tan complicado.
Celeste y yo estábamos por terminar el nivel 4 de teoría musical.
Cuando se escucharon unos ligeros toques en la puerta del aula.
Entró un chico, Celeste solo se le quedó viendo y le sonrió.
Eso me partió el alma. Tenía el cabello castaño, ojos verdes y media entre 1.70 y 1.75. Ese día no le importe a Celeste, ella estaba muy ocupada hablado con ese tipo. Mi esperanza de tener algo con ella se desvaneció.

Pasaron los días y ella se juntaba más con el tal Carlos , incluso movió su banca junto a el.
Sonó el timbre, era un timbre un poco viejo. Salí del salón y me dispuse a hablar con él.
Le dije enojado.

D: No te metas con mi chica
C: Pues que lastima, ya me la tire (burlándose)

Enojado me abalancé sobre el, le di dos puñetazos en la cara. Dos gotas de sangre cayeron al suelo. El me puso el pie, me tiró y me empezó a patear. Era una lastima que nunca supe pelear. Me golpeó tanto que las puntadas se abrieron, llegó la enfermera. Ente mis compañeros me levantaron, me pusieron en la camilla. Mi memoria fallaba.
No entendía nada, solo escuchaba un pitido en mi cabeza. Veía todo borroso.
Dé repente no vi nada. En mi mente mientras veía un fondo obscuro a mi alrededor pensaba <¿he muerto?>.

Cuando desperté estaba en mi habitación, veía la bombilla vieja. Prendía y apagaba la resistencia de aquella. Se oía el crujido que producía el antiguo piso, pero era muy extraño. Celeste no estaba ahí. Estaba un niño como entre 12 y 14 años. Le pregunté por Celeste y el solo respondió. <No te preocupéis, yo solo te estoy cuidando. Ella fue al medico por los calmantes>.
Sentí un alivio en mi estomago. En eso se escucho el chillido de la puerta, era Celeste.
Me vio y me abrazó, después me golpeó en la mejilla y me volvió a abrazar. Me dijo al oído <Te quiero tonto, no vuelvas a hacer tonterías> yo sentí muy lindo en ese momento, pero ¿Acaso pensaba qué no me podía defender?

Nunca supe si lo decía seriamente, no creo que lo dijera así.
¿Cómo lo iba a decir seriamente si se seguía tirando a todos?
Todos la conocían bien, muy bien. Eso no me parecía correcto.