Capítulo I

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Lauren terminó de meter su chaqueta negra y sus botas marrones en la mochila y miró satisfecha el resultado. Al fín, logró terminar de hacer su maleta, había tardado un cuarto de hora en acabar y estaba verdaderamente desesperada. Ahora el gran problema venía al tener la mochila tan cargada que practicamente era imposibles cerrarla.

Finalmente se sentó encima y a base de mucho esfuerzo logró cerrarla. Lauren, se levantó de encima jadeando por el esfuerzo. Se paró un rato para intentar recuperar la respiración y agarró su maleta para salir de su casa. La chica de ojos verdes, no estaba muy emocionada por esas vacaciones.

Lauren amaba las fiestas, amaba el ruido, la música a toso volumen y el sexo desenfrenado, y sabía con toda la certeza del mundo que allí no tendría nada de eso.

Paia era un pequeño pueblo costero de Hawaí, y por lo que le había contado su hermano, las fiestas no eran muy comunes en esa zona. Era consciente de que tendría el verano más aburrido de su vida.

Salió de su casa tropezandose con su maleta y con el marco de la puerta, maldijo en un susurro y caminó para irse a su coche y emprender el viaje hasta el aeropuerto. En la radio sonaba 'How deep is your love' lo que sumerjió a la joven de ojos verdes en una profunda tranquilidad, amaba esa canción y siempre la hacía sentir relajada.

Empezó a pensar en todo lo que dejaba atrás ese verano, a su mejor amiga Lucy en especial era la que más pena le producía al pensar que no pasaría las vacaciones de verano con ella.

Lucy y Lauren tenían pensada mil fiestas y mil cosas para hacer ese verano. Había muchos polvos que no tendría por culpa de esas estúpidas vacaciones en familia que su hermano había organizado.

Lo que más iba a extrañar de las fiestas, aparte de a Lucy, era todo el sexo que lograba gracias a ellas. En cada fiesta lograba quitarle las bragas a por lo menos cinco chicas, y no le importaba que fueran heteros. Ninguna podía resistirse a follar con la gran Lauren Jauregui. Que las hacía gritar como ningún hombre podría hacerlas. Para Lauren, el sexo entre mujeres era lo mejor, daba infinitamente más placer dos mujeres en la cama que un hombre y una mujer. Y ella se sentía afortunada de ser lesbiana.

Llego al aeropuerto algo excitada ante el recuerdo de ella teniendo sexo con mujeres que estaban tremendamente buenas, y volvió a maldecir por la presión que sentía entre sus piernas. Sacó su maleta del maletero y avanzó através del parking hasta entrar en el edificio.

Lauren miró con detallamiento a ese lugar, habían lágrimas de felicidad por las llegadas y lágrimas de tristeza por las idas. Se mordió el labio sintiendose apenada al observar a una madre despidiendose de su hija y ambas llorando, apartó la mirada y caminó rapidamente hacía el control de seguridad para salir de allí lo más rapido posible.

Abrió sus ojos con dificultad, se había dormido en el avión y ya era por la noche, seguramente ya quedarían pocas horas para llegar ya que llegarían a primeras horas de la mañana. Bostezó y se acomodó en su silla mientras observaba por la ventana a las estrellas brillar con intensidad en el cielo.

- Perdone señora, ¿desea algo para cenar?- Una azafada que estaba cañón se acercó a ella.

"A tí me gustaría tenerte para cenar.- Pensó la joven aunqué decidió callarse."

- No gracias.- Respondió.- No tengo mucha hambre, pero cuando tenga la aviso.

- Claro.- La azafada le sonrió y Lauren le devolvió la sonrisa.

Acomodó su cabeza de nuevo en el respaldo y se intentó relajar un poco, pero había algo en su interior que no la dejaba relajarse.

Y ese algo era la azafata de vuelo que la había dejado algo caliente. Llevaba dos semanas sin sexo, y necesitaba satisfacer sus necesidades, y que mejor que con una chica que estaba tan buena.

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⏰ Última actualización: May 03, 2016 ⏰

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