La nerd, esa era ella; la misma que se había robado mi corazón, con su timidez y su pasión al aprendizaje, y no es que no me gustara la escuela, pues mis notas eran muy buenas, es solo que a veces, para ser aceptada, debes cumplir ciertos estándares. Y estar alejada de ella era uno de esos, el más difícil, pues no podía vivir sin mirar a esos profundos ojos verdes que tanto amaba.
Lauren y yo habíamos sido amigas desde la infancia, nos conocimos en el kínder, desde ese momento se había convertido en mi mejor amiga, pero llego la preparatoria, el quiebre de nuestra amistad.
De pequeñas éramos muy unidas, nuestras calificaciones eran muy buenas y nuestros padres se enorgullecían de nosotras, claro que a partir de nuestra amistad, creció la de nuestros padres, desde ese momento, nuestras familias se habían vuelto inseparables, hasta el día de hoy era igual; fines de semana con la familia Jauregui en su casa, o ellas iban a la nuestra.
Frente a nuestras familias, Lauren y yo podíamos actuar como si nada hubiera pasado, y es que en esos momentos me sentía libre de toda presión, de la aceptación social. Y yo me sentía idiota cuando esos hermosos ojos se ponían tristes por mi culpa, pues ella siempre soportaba mi indiferencia en la escuela. Lauren había decidido ser igual que siempre, la niña estudiosa e inteligente, la alumna aplicada, el sobresaliente de la clase, a ella no le importaba ganar popularidad, a ella solo le importaba estar junto a mí, y yo fui egoísta.
En el momento que entre a preparatoria, supe que debía sobresalir, supe que no podía ser una marginada, supe que era mi momento de brillar, y me olvide de ella, de mi mejor amiga. Aunque no deje de tener buenas notas, lo mantenía como un secreto, no quería que nadie supiera acerca de mis buenas calificaciones, solo lo sabía ella, siempre era ella.
El primer año fue un poco normal, conocí a muchas personas, hice muchos amigos, me mezcle con varios de segundo y tercer año, pero ella siempre estuvo conmigo, de cerca o de lejos, siempre estuvo conmigo, aunque yo la hubiera apartado, sin darme cuenta.
Sin quedarse atrás, mi ojiverde fue haciendo amigas, que poco después conocí; Ally, Normani y Vero, no puedo negar que fui demasiado egoísta al ponerme celosa por tener que compartirla, pero debía comprender que no podía tenerla amarrada a mí, después de todo, fui yo quien había comenzado todo. Aquel primer año también surgieron muchas confusiones en mi mente y mi corazón. Lauren y yo nunca habíamos pasado tanto tiempo alejadas, siendo que estábamos en la misma preparatoria y compartíamos varias clases, ya nada era como antes. Verla socializando con más personas me alegraba, lo que no me gustaba era cuando un chico intentaba llegar a más con ella, eso hacía que ardiera en furia y muchas veces me cuestione mis sentimientos hacia mi mejor amiga, pero decidí dejarlo pasar.
Dinah, una amiga que teníamos en común, siempre se repartía para pasar el rato conmigo y Lauren en la escuela, pues desde ese momento la ojiverde fue ubicada en el grupo de los nerds, y yo en el de populares, siendo que Ariana Grande, capitana de las porristas, se había hecho una de mis amigas, logrando meterme en el equipo tiempo después.
Pero, fuera de la escuela, todo era diferente. Lauren y yo nos encontrábamos unas calles más abajo para, juntas, regresar a casa, o eso fue hasta la segunda o tercer semana del segundo año, cuando ella se declaró bisexual y Chad me pidió ser su novia.
Pero el que Lauren se declara bisexual no me sorprendía, la conocía de casi toda mi vida, y su Tumblr gritaba su atracción a las mujeres, tampoco fue esa la razón por la que deje de regresar con ella a casa, pues al aceptar ser novia de Chad, ella se alejó de mí, aunque hablábamos normalmente en las reuniones familiares de fines de semana, no era lo mismo.