Capítulo 1

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*Luke

-Luke arriba, no te lo repito más veces.

-Mamá me duele mucho la cabeza por favor, ¿puedo quedarme hoy en casa?

-Siempre lo mismo Luke. Sabes que no me lo creo así que vamos levántate de una vez.

Todos los días es lo mismo. ¿Por qué tengo que tener solo quince años? No puedo esperar a cumplir dieciocho y acabar con esto.
Odio el instituto, pero más odio a ciertas personas que se encuentran dentro de este.

Una vez vestido bajé y vi a mi madre que se dirigía hacia a mí para tomar mi brazo y sentarme en una silla, señaló al tazón de cereales que se encontraba frente a mí indicándome que desayunase rápido.

-Luke por favor quita esa cara de asco, solo faltan tres días para que te den las vacaciones de verano así que por favor piensa en positivo ni que fuese tan malo ir al instituto.

Si tú supieras...

-Vamos, se hace tarde.

Asentí, dejé el tazón y la cuchara en el lavavajillas, tomé mi mochila y salimos para seguidamente subirnos al coche.
Cada vez que me acercaba más y más a mi pesadilla, no podía evitar temblar...

-Vamos Luke, no tengo tiempo, sabes que tengo que ir a recoger a Kimberly al aeropuerto.

Kimberly, mi hermana regresaba hoy de Londres donde fue a vivir hace unos dos años.
Mi madre iba a verla solo en festivos ya que el viaje de Australia a Londres no era nada barato.
Mis padres se separaron y cada uno tuvo que tomar un destino diferente.
Bufé y antes de salir mi madre me dio un beso en la mejilla. Tomé una fuerte respiración y bajé del coche.
Todos los días pasaba por lo mismo.
Me temblaban las piernas. Justo al entrar tropecé con el escalón y me caí, quedando en cuatro. Se oyeron unas fuertes carcajadas. Oh, no.

-Pero mira quién está aquí... El idiota de Hemmings.
Ese era Calum Hood, tenía mi edad pero era mucho más fuerte que yo y encima era popular por lo que se cree muy superior a mí.Antes de poder levantarme sentí como ponía su pie en mi espalda y empujó fuertemente hacia abajo estrujando mi cuerpo contra el suelo.
Mi espalda dolía demasiado.
El timbre me salvó de una posible paliza y lo agradecí ya que no podría aguantar todo  el día con el cuerpo hecho mierda.

Mi día de clases consistió en mirar al profesor y hacer como prestaba atención y temblar cada vez que le veía a él.
Llevaba desde hace dos años haciéndome lo mismo... Ni si quiera sé que le hice para merecerlo. Todos los días me pegaba una paliza, me insultaba y después se iba.
En el almuerzo me senté solo como cada día, ya que no tengo amigos. No sé que ve la gente mal en mí que nadie quiere estar conmigo.
¿Será por mi flequillo mal peinado? ¿Será por qué no soy bueno ni en estudiar ni en deportes? No lo sé, solo sé que me siento solo.
Las dos horas siguientes pasaron demasiado rápido... Ya era la hora de salida.
Comencé a correr tan rápido como pude y cuando creí que había conseguido escapar siento como tiran de mí hacia atrás.

-¿En serio pensabas que tendrías posibilidades de escapar de mí?- susurró en mi oído mientras se acercaba más y más por detrás.

Me arrancó la mochila de mis brazos y me estampó contra una pared con una de sus manos en mi cuello. Hoy venía solo, algo muy extraño ya que siempre venía con sus estúpidos amigos.

-Pronto nos darán las vacaciones y eso significa que no podré darte tu merecido como debería.- dijo cerca de mi rostro.

Sentí un puñetazo en mi abdomen que me dejó sin aire. No pude evitar jadear por el fuerte golpe. Él solo reía sin soltar mi cuello y tampoco dejaba de mirarme fijamente a los ojos.
Dolía muchísimo, aunque cada vez me acostumbraba más a esto.

-Luke, ya que estamos solos puedo probar algo nuevo...

No sé a qué se refería. ¿Qué piensa hacer? ¿Matarme?
Bajó su mano y la posicionó en mi pecho mientras hacía lo mismo con la otra presionando fuertemente para que no pudiese escapar.
Acercó su rostro a mi cuello y posó sus labios en él... ¿Qué está haciendo? Sentí como dejaba un beso y después mordía fuertemente en la misma zona. Dolía pero... Me gustaba a la vez.
¿Qué me está pasando? Después subió su rostro hasta mi mandíbula donde dejó un pequeño mordisco haciéndome gemir. Esto no puede estar pasando, no sé si está intentando que me duela o no pero me gustaba aunque dolía.
Delineó parte de mi mandíbula con su lengua.
Jadeé ante esa sensación.

-Q-qué haces-s?- dije con la voz entrecortada.

-Shh

Balanceó sus caderas contra las mías y al hacerlo pude sentir un bulto.
No pude evitar gemir un poco más alto.
Debería alejarme pero no puedo y la verdad es que esto me gusta pero...

-Mmm- gemí.

-Abre la boca.

Negué con la cabeza asustado.

-He dicho que abras la maldita boca.

Puso su pulgar en mi labio inferior estirando hacia abajo logrando su cometido.
Me miró fijamente a los ojos, luego a mis labios y se acercó.
Atrapo mi labio inferior entre sus dientes y tiró salvajemente. Sentí el sabor de la sangre en mi lengua pero aún así esa sensación extrañamente me gustó.
Después de morderme lamió mis labios y me besó salvajemente. Podía sentir su lengua en mi garganta.
Se separó de mí y volvió a morder dejándome con ganas de más. Me miró seriamente a los ojos. Puso ambas manos en mis caderas y volvió a balancearse para aprisionar su cuerpo con el mío haciéndonos gemir a ambos.

-Ni una palabra de esto a nadie o estarás cavando tu propia tumba ¿entendido?

Solo asentí.
-Esto por si se te ocurre decir algo.

Volvió a darme uña puñetazo dejándome en el suelo.
Me levanté lentamente mientras me apoyaba en la pared, era el único alumno  que quedaba en el instituto. Tomé mi mochila y me dirigí hacia el autobús ya que mi madre no vendría hoy a por mí. En el camino a casa solo mi mente se encontraba en otra parte. ¿Por qué hizo eso? ¿Qué le llevó a eso? Y lo más importante... ¿Por qué no me negué? Joder, estoy muy confundido. ¿Acaso porque eso me haya gustado eso soy gay? Lo único que sí sabía era que los jeans me apretaban demasiado, justo en mi entrepierna. Mi abdomen dolía demasiado. Le odio pero...no sé que me está pasando.
Tras unos minutos ya me encontraba frente a mi casa. Al fin volveré a ver a mi hermana, ya le echaba de menos.

-Mamá ya he llegado.

-Estamos en la cocina, ven.

Entré rápidamente y vi a...¿esa es Kimberly?
Llevaba puesto unos shorts demasiado cortos de color rosa y una camiseta ajustada azul pastel. Llevaba el pelo por lo hombros. Ella tenía el pelo rubio cobrizo pero ahora era rubio platino. Mi hermana tiene dos años más que yo, por lo tanto tiene 17.

-Mamá no pienso comer eso, tiene demasiada grasa, ¿no hay fruta?

-Cariño son espaguetis a la carbonara tu comida favorita.

-No me lo pienso comer.

Mi madre suspiró frustrada.

-¿Kim?

Kim dirigió su mirada a mí y frunció el ceño.

-¿Luke? Eh, hola- levantó su mano y la agitó en forma de saludo.

Esta no era la Kim que yo conocía.

-Luke, tengo que hablar contigo.

Asentí y me fui tras mi madre confundido.

-Mamá Kim está muy ¿extraña?

-Sí... La culpa la tiene tu padre. Le consiente demasiado. Pero Luke tengo que hablar contigo de algo importante- asentí- Luke cariño. Tu padre quieres que vayas con él, a Londres y por un tiempo.- comenzó a sollozar- Luke yo no lo permitiría pero tiene la orden de un juez. Tu avión sale mañana. Kimberly se quedará conmigo pero tú tienes que irte, lo siento cariño.

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Bite me harder pleaseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora