Sinopsis.

868 67 9
                                    

Quería estar en el bosque, pero no quería estar cerca de ellos. Así qué camine hasta la autopista, y fui a otro lado del bosque, mientras las lágrimas luchaban por salir.

Ya ahí, en una roca grande cerca del río me senté y saque mi cuchilla, la que siempre traía en la billetera.

"Ella es perfecta, tu das asco, mira tu reflejo sólo míralo" - fije mi vista en el río cristalino y vi mi reflejo: un asco, una chica gorda, ojeras, ojos feos, todo feo.

Mis muñecas empezaban a sangrar. "Por tonta, por fea, ¿en serio pensabas que el iba a quererte?" - las voces en mi cabeza no paraban y mis cortes tampoco. Y ahí reaccione ¡me estaba cortando por un hombre!, cuando me prometí a mi misma nunca hacerlo. Deje que la cuchilla cayera al suelo y la mire.

- Vamos a hacer un trato- le hablaba a la cuchilla- nunca me cortarás por un hombre, ni yo te utilizare para hacerlo- la realidad era que no le hablaba la cuchilla, si no a las voces en mi mente. Con pasos cansados camine hacia el río y lave mis muñecas, ahora una parte de mi pertenecía al agua.
Cuando termine de lavar mi muñeca vi mi reflejo y las voces aparecieron de nuevo "Das asco, sigue estos tres pasos: sonreír, verse feliz y vomitar" .

Estaba ya casi saliendo del bosque; cuando me di cuenta que algo me faltaba, ¡la cuchilla idiota, la cuchilla!, corrí hasta la roca y la vi tirada, cuando la iba a tomar una mano la tomo primero. Asustada, dirigí mi mirada hacia arriba y me encontré con un chico.

- ¿Buscabas algo?, pregunto con una sonrisa ladeada.

- ¿Quien eres?, pregunte quitándole la cuchilla de la mano.

- Según tu psicólogo algo producido por tu imaginación- lo mire confusa- aunque tu profesor de religión decía que era tu ángel guardián- miro hacia el cielo- pero claro como no olvidar a tu madre, solo un amigo imaginario, decía ella-, ¿qué?- pero dime tu, ¿quien piensas que soy?

-¿Un ángel?, se rio.

- No, mira no soy un ángel si lo fuera hubiera hecho cosas por ti, cosas que pude haber detenido, tampoco soy un demonio- sonrió y apoyo su espalda en un árbol- eso menos.

-¿un ángel caído?

- No- río de nuevo- eso si que menos.

-¿Entonces que eres?

- No se, supongo que..

El siguió hablando, y yo cerré los ojos.
Desaparece, desaparece, desaparece.
Si era algo producido por mi imaginación, pues ya debía haberse ido.

Abrí los ojos y no vi a nadie, suspire de alivio.

-¿me buscabas?-,sentí un aliento frío en mi oído, que hizo que saltara-. Nena, no soy producto de tu imaginación, no lo soy.

-¿Entonces?

- No lo se, tu me vas ayudar a descubrirlo.

¿Real o no?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora