¿Real o no?

Mala eleccion

— ¡Eh levántate floja!—, escuche un grito a lo lejos — ¡oh vamos!, Llevas una hora ahí, ¡levántate!— . Esta vez el grito lo escuche en mi oído.

Me dolía la cabeza a horrores, me levante con la vista borrosa, y me senté en el césped.

— ¿Qué? ¿Q-qué me paso?.

Lo último que recordaba era haber hablado con un chico loco, y de seguro esquizofrénico.

— Si eres tonta...— murmuró alguien— te dije que tú me ibas a ayudar a saber quién soy ¡y pam!— rodó los ojos— te desmayaste.

— Pensé que era un sueño.

— Pues no— suspiro—, salgamos ya de este bosque— me tendió la mano y me ayudó a levantarme—¿En qué iremos?

— Caminando— sonreí y empecé a salir del bosque.

Media hora después de un silencio incómodo llegamos a casa, me senté en la sala y lo invite a sentarse.

— ¿Así que no sabes quién eres?

— Nop— negó con la cabeza y recalcó la "p"— solo eso que estoy apegado a ti, algo así: como cuando un chicle que se te pega al pantalón.

— ¿Desde cuándo?

—Desde que tenías ocho o nueve años.

—Cuando murió mi papá—. Mire hacia el techo negro de sala— tal vez eso tenga algo que ver.

— No lo se, pero lo averiguaré, ¿me ayudarás?—. Me tendió la mano, y yo cerré el trato.

Mala elección. Nunca debí hacerlo.