Prólogo

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Mis ojos sangran al leer lo que el hombre tradicional escribe, aquí va mi parte criminal en una total violación ortográfica que data sobre como soy lo que soy, una carta a quien pueda interesar, una introducción que se pierde en mi pasado con agonizantes ansias de poder vivir otro día, con la desdicha de haber olvidado como se ejecuta la acción de vivir.

Susurrando un mensaje de olvidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora