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Era una mañana oscura, llena de nubes grises que amenazaban con llover. Me subí al colectivo por costumbre, por ese hecho tan mecánico que la rutina formo en mi.
Cuando me hallaba en el trayecto a mi destino, otro día en la universidad, sucedió algo que me sorprendió. El colectivo no doblo por donde debía y empezó a recorrer un camino distinto, uno entre parques que le daban al viaje un matiz distinto, mas alegre o mas natural, no lo sefe
Me puse a pensar entonces, cuantas veces la rutina nos opaca las cosas, cuantas veces dejamos morir sueños por seguir una norma de pasos que al fin y al cabo no nos van a hacer felices.
Recordé que la vida es una y que cada día hay que romper la rutina para evitar perder ese día. Para llenar el alma de gozo, para sonreirás un poco, para gritar lo que normalmente callamos , para poder seguir adelante y hacer algo por nosotros mismos.
Ese día me lo dediqué a eso. Me la pase mirando sonrisas, viendo ojos llenos de ilusiones, alimentando a mi alma con pequeñas cosas que ayudan a crecer, que ayudan a no perder la fe , que nos generan creer en el amor.

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⏰ Última actualización: Jun 12, 2016 ⏰

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