Delirios noctámbulos

4 0 0
                                    

Cerveza sin gas, caliente, trago amargo. Hacia dónde camina, por este sendero desencaminado de la vida este pensador grisáceo, turbio, cabizbajo. Pero no por amargura, más bien discreción, cuando miran su mirada siempre sienten repulsión. Más que asco pánico, visión lastimera, es por eso que si alguno logra atravesar, sin prudencia y pavoroso el umbral de su capucha al poco se escucha como cambia de acera. Y cada uno por su lado, como el perro y el gato, como esa luz que me visita cuando sueño que me mato, esa risa moribunda con retoques de cencerro, ese alcaide que se esfuerza en preservar su anonimato. Pero todos nos conocemos, carcajada prepotente, ya se sabe qué enmascara esa fachada permanente. Todos saben que la mascara se vuelve transaprente, y por más que caves en tu jardín, para esconder tus pensamientos, siempre brotan hacia fuera. Para que negar lo evidente? Otra risa desafía. Unos gritos, unas voces y una sonrisa sombría. Es delirio o fantasía? Es onírico es real? Ya no sabe en qué confía ni quién realmente le ayuda, pero ya sabemos que la máscara se ha vuelto transparente. Y aunque finja molestarle, haga que es sin querer, no escatima en su ego, en parecer prepotente. Sobresaliente, una vez mas tirado en el suelo. Esperando a ver si llega esa llamada del cielo. Y aún encima poco a poco le estrangula la existencia, no soporta el sin sentido de vivir en contingencia.

PrismaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora