Comienza el dia

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30 agosto de 2026

Hoy es un día como cualquier otro, me levante temprano y salude a mama.

-Buenos días mamá

- ¿Qué tiene de buenos?

-Que pudimos dormir en un lugar seco y sin ruidos extraños

-Buen punto, siempre sabes cómo levantarme el animo

Si fuera un día como cualquier otro, antes de la Epidemia (así es como la llamamos, de hecho, lo es) mama me habría levantado con un beso en la frente y el desayuno en la mesa, desafortunadamente eso ya no era posible. En vez de eso me levante apenas había salido el sol, desde que empezó esto, una de las únicas cosas que todos los supervivientes saben es que hay que aprovechar el sol, no querrás salir de noche, a menos claro, que seas unos de esos tipos que no tienen esperanza (no es que yo tenga mucha claro) pero al menos quiero quedarme vivo para ver cómo termina esto o como termino yo.

Bueno como iba diciendo... dentro de todo era un día normal, me levante, me lave la cara y me "aliste" para salir, tenía que salir a buscar el desayuno, por suerte la noche anterior, con mama, habíamos elegido una casa abandonada para dormir, en las afueras de la ciudad.

Había cerca de ahí un pequeño supermercado que a lo mejor no había sido saqueado aun, iba con la esperanza de eso.

Metí la Colt 45 que me había encontrado hace unos días, en su funda que estaba igual de desgastada que ella, mi querida bandolera (en el que llevo el diario que están leyendo ahora mismo) ignorando la voz en mi cabeza que me decía que iba a morir, salí de aquella bonita casa (supongo que lo era antes de todo esto) y me fui directo a aquel supermercado.

En el camino fui recordando cosas del pasado (tengo 15 a día de hoy) recuerdo mi cumpleaños de 10, papa me regalo una bicicleta y fuimos paseando por todo el vecindario. O cuando di mi primer beso, recuerdo que fue con la chica más linda de mi curso, todos me envidiaban por eso, por supuesto nunca les mencioné que ese había sido el primero, ni a los envidiosos ni a la chica, supongo que eso hubiera dificultado un poco ese pequeño proceso que llamamos "conquistar a una chica"

Antes de darme cuenta ya había llegado a ese pequeño supermercado, era muy "sutil", pegaba mucho con el pueblito. Como para suerte mía el pequeño comercio estaba lleno de suministros, parecía el paraíso del superviviente a un apocalipsis zombie, claro está que esto no podía estar así porque si, aquí había felino encerrado, así que fui lo más cuidadoso posible, siempre fijándome que lo que tocaba no tenía hilos que pudieran accionar trampas o cosas por el estilo.

Cuando estaba listo para irme, cuando caminaba hacia la puerta, escuché como se caía una hilera completa de frutas podridas al piso, nunca sentí más terror que esa vez, me agaché (algo que fue tonto ya que hacia una hora que estaba dando vuelta por el mercadito, el enemigo sabía que estaba ahí) algo dentro mío que era mi culpa estar en esta situación... de hecho lo era, así que comencé a maquinar, podían ser dos cosas, un humano que cazaba a otros humanos y les robaba o algo muchísimo peor... la única clase de zombis capaz de armar una clase de trampa , los "pensantes" así los llamamos, porque tienen la inteligencia de un animalito (algo superior a un zombie normal) tienen como una clase de "patrón" en su cabeza, comida = humanos , algo simple ¿verdad? Como podría alguien no darse cuenta que si hay mucha comida y suministros es que hay un pensante cerca? Pues yo conocí a un par de personas que cayeron...

Osea que ahí estaba yo, prefiriendo que fuera la primera, un humano, podría devolverle algunas cosas y hacer un trato, ¿pero con un zombie...? ¿pues ya se imaginan no?

Había una forma de saber si mi contrincante era humano o no, haciéndome alguna herida, ya que a los zombies le atrae el olor a sangre, si me hacia una herida y esperaba 10 segundos, si no escuchaba nada era un humano, de lo contrario escucharía un leve sonido de olfateo, seguido de una relamida y luego pues solo quedaría meterle un solo disparo, certero en la cabeza, y esa comida seria para mi... ¿fácil no?

Pero si algo fallaba, mama no sobreviviría sin mí, no podría dejar que eso pasara, así que decidí hacer mi jugada maestra, saque de mi bolsillo la navaja que me había regalado el abuelo de cuando estuvo en el ejército y me hice un pequeño tajo en el dedo, eso sería suficiente.

Escuche un gruñido de algo que seguramente no era humano y cruce la puerta de aquel edificio con más rapidez de las que me permitían mis piernas, así que termine cayendome, estando en el suelo vi una figura que se movía dentro, era horrible, tenía pies y manos largas, estaba cubierto de algo rojo mientras que su color natural era rosa pálido, como una persona que hacía mucho que no estaba en contacto con el sol, tenía una boca enorme, la mitad de la cara era la boca, sus ojos eras dos esferas negras como el petróleo que no se dejaban de mover en busca de su presa... bueno, de mí.

Al ver esa horripilante cosa, la adrenalina se hizo mi mejor amiga y comencé a correr muy rápido, mi vida dependía de eso.

Gire un par de veces solo para ver esa cosa que me perseguía sin señales de querer dejarme ir se me ocurrió que, a esa hora del día, el zombie estaba débil debido al sol que le estaba pegando justo en sus esqueléticas extremidades, me podía enfrentar a él.

Me di vuelta con miedo, desenfunde mi pistola, lo siguiente paso en fracciones de segundo, él se abalanzó contra mí y caímos al suelo, mi mochila se abrió y la comida salió volando, no podía preocuparme por eso.

Tenía a ese maldito bicho justo encima de mí, agarré la navaja y se la incruste en su pequeña cabeza, dio un grito parecido a un chirrido metálico y me tomo con sus manos que eran como cuchillas y me tiro a un lado, caí cerca de una parada de autobús, de suerte no me desmaye. Supuse que era hora de sacar la artillería pesada, desenfunde mi pistola, apunte a su cabeza y justo cuando iba a apretar el gatillo, se me metió una basurilla en el ojo, tuve que cerrarlos.

Apunte a lo que suponía, era su cabeza, esperando mi muerte.

Luego del disparo pasan 5 segundos y no me sentía muy muerto que digamos, abrí los ojos y secándome las lagrimillas que habían salido involuntariamente de mi ojo, me pare y lo primero que vi fue a mi desafortunado enemigo tirado en el piso con mi navaja en el ojo y un pequeño agujero, mi salvación.

Jamás había matado uno de ellos con un arma de fuego.

Recogí la navaja, la comida y fui caminando lento y adolorido, llegué a la gran casa abandonada.

Cuando llegue mama estaba tapiando las ventanas, parece que planeaba quedarse

-Como te fue? -preguntó sin darse vuelta

- Oh mamá, no te das una idea

FIN... Por ahora...

Mi vida en un apocalipsis zombieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora