Tengo miedo, miedo de mostrar quién soy. Miedo de que no me entiendan, que nadie me quiera, que todos me odien. Miedo al olvidó, miedo al fracaso. Miedo de quedarme sola y que todos hagan burla de mí. Miedo a que nadie me crea. Miedo a que me aparten de todo, de ser la rara a la que todos le tienen asco.
Miedo a perderte, porque eres alguien muy importante. Miedo a perder tu confianza, tu cariño, tú amistad. Miedo a que, ya no creas en mí, que no vuelvas a mostrarte como realmente eres. Miedo a defraudarte. Miedo a que ya no me quieras, que te alejes de mí. Miedo a que creas que solo te usé cuando te mostré mis defectos y virtudes, mis gustos y disgustos. Te di todo de mí. Te ganaste mi confianza, mí cariño, mi amistad. Conociste todo de mí, desde mi sonrisa más falsa hasta mi más doloroso llanto, desde mi mentira más grande hasta mi secreto más oscuro y pequeño. Te mostré mi verdadero yo. Sonreí por ti, llore por ti, creí en ti. Me sacaste mil sonrisas, reí, lloré de emoción, tristeza y alegría. Me aceptaste, me consolaste, me quisiste, té enojaste, me perdonaste y me entendiste. Siempre estuviste para mí, aunque estuvieses en una situación muy dolorosa. Fuiste sincera conmigo, nunca me ocultaste lo que sentías. Te quise como a nadie, y lo sigo haciendo. Te perdonaría desde la más grande estupidez hasta lo imperdonable. Te apoyaría aunque estuvieses equivocada o yo me encontrara en desacuerdo. Siempre te daría mi hombro para llorar, ya que nunca te dejaría sola. Aceptaría cada decisión que tomaras, ya que comprendería que es lo mejor para ti. Siempre estaría para ayudarte a levantarte cuando tropezarás y te querría con todo mi corazón aunque me odiaras con toda tu alma. Siempre te ayudaría y nunca te juzgaría. Acepté como eras porque realmente me encanta tu sentido de ser. Preferiría pasar mis últimas veinticuatro horas de vida contigo porque formas parte de mi felicidad. Si no estuvieses aquí, perdida y sola me encontraría. Eres esa persona con la que no me avergüenzo de nada en absoluto, con la que perdería el orgullo y lloraría mares pidiendo disculpas. No quiero que nada cambie. No quiero que me dejes, pero si fuera lo mejor para ti, no me molestaría que aunque te quisiese con todo mi corazón, tu me destrozases en mil pedazos, porque estaría rota, pero feliz. Feliz porque tuve el placer de conocerte como nadie lo hizo en algún momento. Sin importar cuánto duela, sería un placer volver a conocerte en otra vida. Eres una gran persona, no lo dudes nunca, y recuerda, eres única e inigualable, perfecta a tu manera. Aunque todos sabemos que lo perfecto no existe, para mí, tú lo eres. Recuerda que ganaste todo de mí y que no me alcanzan ni las palabras ni el tiempo para agradecerte y devolverte todo lo que hiciste por mí. Te quiero y aunque me cueste expresarme te eligiria en mil y una vida más.
