Despertó esa mañana viendo ropa de él y su acompañante de anoche. Sólo se acordaba de una mujer guapa que le bailaba sensualmente y no lo dudo dos veces en llevarla a su habitación. Pero eso no llenaba el vacío que sentía en su pecho, aún dolía, aún quemaba ese dolor de desilusión de haber sido traicionado. Quizás esa mujer que se encontraba a su lado lo había hecho olvidar por un momento efímero el dolor que sentía. Quizás volvería a amar con la misma intensidad que lo hizo. Quizás esa mujer que se encontraba durmiendo a su lado sería esa persona. Quizás no.