Sin Tus Alas

CAPITULO I

NARRA LA AUTORA:
Pasaron los años, diecisiete para ser exactos, y Anna crecio.
Su infancia fue... Interesante, estaba marcada por dos mundos y ambos ejercían fuerza en ella.
La pequeña Anna solía ser la niña más dulce de todo México, es más de todo el mundo, pero había días malos en los que simplemente disfrutaba el hacer enfadar a su nana Luci y a sus padres.
Lo peor fue su adolecencia cuando se vio más rebelde.
Ella aún vivía con sus padres, asistía a la preparatoria y convenció a sus padres de dejarla trabajar los fines de semana, ella era la cantante de un grupo que formó con sus amigos Luis, Jaz, Marcos y Ángel y tocaban los fines de semana en alguna fiesta o bar.
Y esque no sólo tenía una voz angelical, si no que también era una chica hermosa y misteriosa.
Su cabello caía sobre su espalda en oscuras, espesas y negras ondas, sus ojos eran grandes y expresivos de color café oscuro, quizá negros, y sus labios eran rojos como la sangre, que resaltaban su pálida y perfecta tez.
Ella era hermosa y lo sabia, lo sabía tanto que siempre sacaba ventaja de eso.

NARRA ANNA:

-Vamos levantate, levantate- Me repetía mentalmente para tratar de empezar mi último día de vacaciones.
Mi madre había mandado a mi nana a sacarme de la cama así que lucí entró enfadada con un vaso de agua que creí sería para mí, no hacía mi.
Lucí me moja y es ahí cuando me enfado.
-PERO QUE DEMONIOS TE SUCEDE!!- me paro furiosa de la cama mientras la corro de mi habitación
-Largo...!!, ¿No tienes alguna habitación que limpiar?- y le azotó la puerta en la cara.
De inmediato me arrepiento pues se que de un principio fue mi culpa, pero ya está hecho.
Tomo un baño caliente y salgo para cambiarme rápidamente con unos jeans negros con una playera blanca lisa y converse.
Me pongo una ligera capa de maquillaje y rímel. Cepillo mi cabello y mis diente y bajo las escaleras.
Saludo a mamá y papá que están en la cocina discutiendo algo, así que sólo tomo una fruta del frutero de la cocina y mi mochila de la sala de estar y salgo hacia mi Jeep.
Subo en ella y prendo el estéreo y pongo The Beatles. Conduzco hasta casa de Jaz pues me pidió que antes de la tocada de esta noche le ayudará con una tarea de biología.
Llegó a su casa y tocó el timbre, pero no sale Jaz, sale su mamá. Una señora de cincuenta y pocos que siempre tiene prisas.
-Buenos días señora, ¿Se encuentra Jaz?
-Hola cariño, no se fue hace como diez minutos dijo que iría con Ángel.
Me quedo pensando un segundo si me marcho a mi casa o los buscó.
-Gracias señora tenga un lindo día. Le sonrió y me vuelvo hacia mi jeep. En eso suena mi celular con la canción de Decode de paramore.
-Bueno?
-Hola Anna, lo siento olvide decirte que Ángel quiere ensayar.
Me dice Jaz con su voz empalagosa.
-¿Y siempre le tienes que decir que si a todo?
-Lo siento de verdad pero, ya sabes.
-No importa Jaz igual no quería estudiar hoy- ambas reimos- entonces voy para haya.
Me dirijo a la casa de Ángel pero antes necesito comer, algo asi que paso a starbucks por un cafe y una tarta así que cuando llego todos me ven de mala cara por la hora.
-Lo siento tenía ambre- les digo mientras sonrió con inocencia. El primero en sonreír es Luis que dice -No importa Anna.
Todos lo voltean a ver con irritación pues aunque se supone que todos somos amigos es obvio que le gustó y siempre Salta en mi defensa.
-Bien, bien ensayeños la nueva de una vez.
Todos nos colocamos, Jaz en el bajo, Luis en la batería, Marcó teclado, Ángel en la guitarra y yo al frente y al centro en la voz.
Esta canción fue idea mía y de Ángel, es nuestra y su letra dice algo así:
"Amor dime, dime
Cuanto más hay que finjir?
Cuando es que vendrás por mi?
Te siento y no te tengo,
Te busco y no te encuentro."
Es una letra triste, Si, pero es real.
Terminamos la canción y está ves Ángel es el primero en hablar.
-Muy bien chicos, estaremos genial está noche!- Dice entusiasmado
Y así pasamos un rato de la tarde ensayando y preparando los instrumentos.
En mi caso solo regrese a mi casa para arreglarme.