Goenji ama a fubuki con todo su corazón.
Fubuki lo reto a no hablarle ni hacercarsele por una semana, si goenji lo lograba, fubuki le prometió que lo amaría para siempre.
Le costo mucho hacerlo, el peli-crema últimamente estaba muy unido al tierno defensa de hielo, los primeros días eran un infierno, no llamarlo, no dirigirle la palabra, ni si quiera mirarlo, sentía que se moriría, era su peli-plata y deseaba estar con el, y esa fue principalmente la razón por la que resistió, todos los días los resistió, sin saber, sin siquiera sospechar que en esos 7 días su amado peli-plata decaía poco a poco, y el secreto moriría con el.
Pasaron los 7 días y el goleador de fuego partió a la casa de Fubuki con una sonrisa dibujada en el rostro que no podía disimular, lo había logrado.
Pero su hermosa sonrisa que pocas veces se le veía se borró de inmediato al llegar a su casa y encontrarse con un ataúd y una carta sobre el dirigida al peli-crema. Se le partió el alma y el corazón, las lágrimas no paraban de correr por sus mejillas y sin poder contenerse se arrojo a abrazar a aquel ataúd de madera.
La nota calló al suelo mostrando el contenido.
"Muy bien hecho Shuuya-kun, ahora intentalo todos los días".