primer capitulo

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Un olor a humedad se colaba por las regillas de ventilación. Doce de la noche. Doce minutos de espera. Cerré los ojos y me recoste en el asiento hasta que mi nuca pudo sentir aquella pared sucia y llena de carteles.
Esta era una de las desventajas de vivir fuera de casa: se acabo papá o mamá chofer a domicilio. Me quedé así unos minutos hasta que me di cuenta de que había un silencio envolvente, poco común en esta ciudad.
Abrí los ojos al mismo tiempo que aspiraba lentamente. Pude sentir el aire entrar por mis pulmones, y mi tripa hincharse, hasta toparse con el máximo del cinturón que sujetaba mis vaqueros.
Había un hombre sentado en frente de mi. Tenia los codos apollados en sus rodillas y las manos tapándole el rostro. Sus manos. Sus manos arrugadas llenas de cicatrices le cubrían los ojos. Y ahora, ahora cubrían sus rodillas, y antes de que yo pudiera haber reaccionado me estaba mirando. Me miraba fijamente con una expresión indescifrable y no sabia si apartar la mirada o continuarla y, así llegamos a una "guerrilla de miradas" entre dos extraños, en un metro cualquiera, de una ciudad cualquiera, a la espera de que alguno de los dos decidiera tener la iniciativa de apartarla soportando ese incomodo momento que tantas veces a lo largo de mi vida había presenciado pero, del cual, nunca había sabido salir airosamente.
Por suerte para ambos no hizo falta que alguno de los dos tuviera ese "valor". El tren entro en la estación imposibilitando nuestra conexión visual, pero yo no deje de mirar en esa dirección. Me resultaba familiar aquel lugar. Y cuando el tren salió de la estacióne me di cuenta. Me di cuenta de que aquel fue el lugar en el que la ví por última vez.
No pude evitar cerrar los ojos inconscientemente, al mismo tiempo que caía en un mar de recuerdos que obligaron a un par de lágrimas a fluir fuera de mi. Hacia mucho tiempo que no me paraba a pensar en todo lo que habíamos vivido juntos. Si la recordaba a ella cada vez que olía su perfume en otra persona o que pasaba por delante de su cafetería favorita, pero hacia mucho que no pensaba en sus besos ni en su risa.
Supongo que ahora estará en alguna oficina importante, de algún edificio importante, escribiendo un articulo importante, para la importante empresa en la que trabaja, en la importante ciudad de Nueva York.

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