Capitulo 11

4.2K 273 532
                                    

Lauren abrió los ojos, encontrándose con un cielo opaco y árboles frondosos que le impedían la visión. Ella se incorporó, sintiendo el crujir de algunas hojas secas bajo la palma de sus manos y extrañándose ¿Dónde estaba?

Recorrió su alrededor con un vistazo, ella se hallaba tumbada en medio de un bosque. Un bosque oscuro y que parecía no tener fin, sintió una repentina brisa de aire golpearle la espalda.

Dio un respingo, decidió que lo mejor sería levantarse, sacudiendo las manos sobre los jeans. Volvió a girar la cabeza en ambas direcciones, queriendo encontrar algún letrero o señal que le indicara por donde debía dirigirse.

Ella se sentía extraña, no de una forma negativa, pero sí una muy incomoda sensación que le hacía creer que flotaba cuando claramente sus pies estaban sobre la tierra. Miró al cielo, las hojas oscuras y agitadas de los árboles no le permitían ver las estrellas, ya que aparentemente era de noche, pero la luz brillante de la luna iluminaba el entorno.

Planeaba andar a la deriva, creyendo que él inmenso bosque tendría que tener alguna salida que la condujera a casa, con su familia. Tan solo llevaba unos pocos minutos caminando entre los árboles cuando otra brisa le heló la sangre, casi como un susurro en su oreja.

Ayúdame, Lauren.... — la voz desconocida, pero a la vez familiar, le hizo sentir nuevamente esa opresión en el pecho, la estaba llamando.

La ojiverde no tuvo que pensar sus movimientos, inconscientemente comenzó a moverse mientras caminaba. Ella solo sentía aquella fuerza sobrenatural que la guiaba, no tenía idea alguna hasta donde la llevaría, parecía como en trance.

Ayúdame.

Esa voz era infantil, pero no denotaba la inocencia que debería expresar, parecía agonizante y como un gruñido animal, desde el fondo de su alma. Una niña, era la presencia que Lauren podía sentir y por eso se le hacía tan familiar. Ya la conocía.

La brisa extraña que recorría el bosque le agitaba el cabello, moviendo algunos mechones sobre su rostro pero ella logró ver perfectamente al frente, dejando atrás los árboles para ahora encontrarse en un espacio abierto.

— ¿Qué?— ella se sintió extrañada, observando el claro de agua que se extendía en el medio y como al otro lado había una orilla, la continuación de un bosque que parecía repleto de sombras y peligros. Y un pozo.

Volvió la cabeza hacia atrás, sintiendo como los troncos se juntaban entre ellos para prohibirle una salida de escape, escuchó un movimiento y rápidamente miró al frente.

Allí estaba, la niña. Pero no era la pequeña y asustadiza joven que logró conocer en aquel recuerdo nítido cuando estuvo en la casa abandonada. Era el mismo espíritu terrorífico al cual se enfrentó en la escena del crimen, de quien tuvieron que huir al escuchar su llanto desgarrador.

Increíblemente Lauren logró reconocerle, considerando que se encontraba al otro lado del claro, en la orilla opuesta. Pudo notar la claridad de su piel como el color de la tiza, su cabello húmedo y flotando al igual que pequeñas serpientes a los lados y luego sus ojos, fijos en la pelinegra, tan blancos que provocaron que todo el cuerpo de Lauren quedará tieso.

Es el color de la muerte, se dijo. La niña no decía nada, solo mirarla mientras que Lauren sentía la sangre bombear con fuerza en su cabeza y como un gota de sudor bajaba por el costado de su cabeza.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jul 28, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Fantasmas de Salem: La niña del pozo (Camren)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora