Graham se levantó de la cama y se puso su playera, estaba despeinado y me volteo a ver, su sonrisa lo decía todo.
—Será mejor que nos preparemos, ya falta poco para que vengan por nosotros.
Lo vi salir de la habitación, me levante de la cama con la sabana para taparme y fui al baño.
Me bañe y luego agarre la ropa que ya tenía lista y me la puse, me peine y luego me maquille.
Cuando salí Graham ya estaba listo.
—Ya llegaron.
Agarre mi bolsa y salimos de casa, y la camioneta estaba en la entrada.
Saludamos al conductor y partimos hacia el lugar del concierto.
Graham miraba por la ventana y movía la pierna. Estaba nervioso, siempre le pasaba cuando tenía que tocar.
—Graham, no te preocupes, todo saldrá bien.
—Siento que me equivocaré.
Le agarre la mano y trate de calmarlo.
—Eres uno de los mejores guitarristas.
Y si te equivocas ¿qué? Nadie es perfecto y esas cosas pasan.
—Estarás ahí ¿verdad?
—Graham, sabes que puedes voltear a ver al lado del escenario y encontrarme ahí siempre.
Se acercó más a mi y puso su cabeza en mi hombro durante todo el camino hasta que llegamos.
Entramos por la parte trasera y nos bajamos, saludamos a todos y fuimos a camerinos.
Y ahí estaban los chicos y algunos amigos de la banda.
—Hola chicos.
Nos saludamos y luego me senté en un sillón junto con él.
Paso una hora mientras que la gente todavía preparaba el escenario y los instrumentos, y el lugar se llenara.
Todos parecían ansiosos y también emocionados.
Empezaron a calentar y luego se juntaron para darse apoyo y decir algunas palabras antes de empezar el show.
Alguien del equipo vino y dijo que faltaban cinco minutos y que se fueran al escenario.
Les di buena suerte a los demás chicos y me acerqué a Graham para abrazarlo.
—Lo harás de maravilla. Sabes que eres mi guitarrista estrella.
El se rió y me dio un beso.
—Te veo luego.
Se fue con los chicos y me quede ahí unos minutos hasta que escuche los gritos de la gente.
Luego salí del camerino y como siempre lo hacía me puse del lado del escenario de Graham.
De vez en cuando él me volteaba a ver y me lanzaba besos.
Canté y baile con ellos todas las canciones.
Regresé al camerino unos minutos antes del final del concierto, los amigos de la banda empezaron a abrir las bebidas.
Los chicos llegaron y todos los felicitamos y empezamos a celebrar.
Graham había superado su problema con la bebida, ya no bebía de la botella y ni tampoco regresaba a casa ebrio y cayéndose.
Ahora sabia tomar con un límite y no pasaba de la segunda cerveza.
Fueron tiempos difíciles y casi nos separamos pero nos mantuvimos fuertes y logramos superarlo juntos.
Decidimos despedimos y regresar a casa.
Llegamos y Graham se metió al baño para bañarse mientras que yo nos preparaba un té.
Mientras lo servía sentí unas manos en mi cintura y luego sus labios comenzaron a besarme el cuello.
—Graham.
Casi hizo que derramara té en el mueble así que deje la taza y trate de agarrar la mano de Graham que se pegaba más a mi cuerpo.
—Se va a enfriar el té.
Trate que se detuviera con eso pero siguió ocupado dándome besos, cerré los ojos y deje que siguiera.
Entonces decidí voltearme, puse mis manos en su cabello que estaba mojado al igual que su cuerpo, solo tenía su pantalón puesto.
Acerque su cara a la mía y empece a besarlo.
Puso sus manos en mi cintura pero luego las puso en los bolsillos traseros de mi pantalón.
El beso se volvía más salvaje y nuestras respiraciones eran aceleradas.
Me atraía hacia él hasta que terminó chocando con la mesa.
—¿Vamos a la habitación? —le pregunte mientras intentaba tomar aire.
—Pero si ya estamos aquí.
—Esta bien pero con una condición.
—¿Cuál?
—Que me toques tan bien como lo hiciste hoy en el concierto, guitarrista estrella.
Ambos sonreímos como cómplices y él empezó a recorrer mi cuerpo con sus manos y continuamos con más besos, y otras cosas.
