Esta historia, sucedió en 1997 en una lujosa residencia al norte de la ciudad, hasta la fecha no se comprende, lo único que sabemos, es que así fue.
Era un lunes a las doce del medio día, algunos problemas con su marido habían hecho enfadar a la señora cuando de pronto al entrar a el dormitorio de su hijo, lo encuentra parado, el niño estaba pálido y con la vista perdida y en su cabeza se veía una cicatriz muy marcada. Su madre dijo:
-Bueno Carlos ¿Qué estas haciendo aquí, no deberías estar en la escuela?
El niño le contesto, sin expresión en su rostro:
-Mami, perdóname...
-Perdóname, siempre me pones tu cara de pena y dices perdóname, ¿Qué no sabes decir otra cosa cuando haces tus tonterías?
-Mami, perdóname...
Con el sonido del teléfono sonando de fondo la madre dijo:
-¿No tienes nada mejor que decirme? Seguro que ya te volviste a pelear con algún compañero ¿Verdad?. ¡Maldito teléfono deja de sonar!
-Perdóname... yo te quiero mucho...
-Ya mejor cállate Carlos. ¡Maldito teléfono... no lo pienso contestar!
Carlos comenzó a llorar, parecía un llanto de dolor, mientras seguía diciendo:
-Mama, perdóname...
-¡Entre el teléfono y tu me vais a volver loca! ¡Última vez te lo digo, ya cállate!
De pronto el llanto de Carlos, dejó de escucharse, un silencio total inundo la casa, solo se escuchaba el teléfono sonar. Al fin decidió contestar el teléfono:
-Bueno dígame.
-¿Es usted la madre de Carlos?
-Si soy yo, ¿Qué pasa?
-Habla el profesor de Carlos, se que por teléfono no es lo más correcto, pero... quiero decirle algo sobre su hijo, es algo muy delicado.
-¡Ai! ¿Qué hizo ese demonio?
-Señora no se como decírselo la verdad es que Carlos se subió a la azotea del colegio y se cayó.
-Y con razón, yo ahora mismo me ocupo de reñirle espere. ¡Carlos! ¡Carlos! Te estoy hablando ven para acá, ¡Qué vengas!
-Lo que pasa es que Carlos al caer de la azotea se abrió la cabeza y murió instantáneamente.
-¡Carlos...! ¡Carlos! Carlos mi hijito... ¡No...! ¡Carlos...! ¡No me dejes...! (Dijo entre llantos)
-De verdad lo siento mucho señora, su cuerpo fue llevado al forense hace unos minutos y me piden que lo valla usted a reconocer.
La señora busco al niño en su habitación , pero... ya no se encontraba ahí y en su lugar, tansolo encontró unas cuantas gotas de sangre, se arrepintió de por vida, de haber desperdiciado esa oportunidad de despedirse de su hijo.
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Leyendas Urbanas.
RandomEstas historias son basadas en hechos que las personas cuentan