Y cuando regreses dime si fue divertido

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Por la ventana, observando los hermosos destellos de las luces en la calle. Una persona con sus labios secos, tratando de poner atención y visualizar el paisaje. Era de noche, habia olvidado la última vez que habia dormido, descansar o no, a quien le importaba. Seguramente su aspecto estaba deteriorándose, incluso él mismo podia sentir que su fuerza no era la misma. Siempre se habia impuesto más de lo debido, pero esta vez habia excedido. Miró su cuarto oscuro, lleno de libros y polvo. Luego observo su cama y se dejo caer en ella. Termino golpeando su frente con un libro grueso. Lo tomo y pensaba lanzarlo al piso pero se detuvo para leer la portada "Mira al cielo" era uno de esos libros donde todo se llenaba de fantasía y los sueños dominaban cada ecosistema viviente en el universo. Sus labios susurraron "pesadillas". Habia recordado el porque no dormía, era cierto que el trabajo era agotador pero nada podia con él. Era tan fuerte de moral y deber que jamas se rendiria ante nada o nadie, pero su mente y corazón eran algo muy diferente. Cada noche tenia pesadillas horribles, cadaveres que estiraban sus esqueléticos brazos para atraparlo. Palabras de odio que envolvían su mente, desesperación, llanto, locura, toda una mezcla extraña que lo invadía y lo comia en cada sueño.

Se odiaba a si mismo, se hechaba una parte de la culpa por no haber podido ayudar a su familia. Cuando se dio cuanta de la noticia, no derramo una sola lagrima. Las personas dicen que si lloras, si te desahogas puedes liberar todo ese rencor guardado, eso que apuñala tu corazón y hace que pierdas toda la sangre de vida en ti. Kurapika jamas haria eso, desde siempre habia algo mal, si lloraba él sabia perfectamente que luego de eso su corazón sanaria y olvidaria todo poco a poco hasta quedar como alguien normal y continuar con su vida. Quizá una feliz.

Que estúpido e injusto.

No podia hacer eso ¿Él viviría feliz mientras que a su familia los cazaron como animales? ¿En verdad era tan egoísta? Leorio decía que estaba equivocado, que debia vivir lo que sus amigos no pudieron hacerlo ¿Entonces, que hacia con todo el odio que tenia guardado? No le importaba si su corazón sanaba o no. Si su cuerpo era desmembrado en partes o su mente rota en fragmentos, nada importaba. No habia algo que valiera mas que la vida de las personas que una vez amo con todo su ser.

Llevo sus manos al rostro, se habia hundido nuevamente en sus pensamientos. Trato de olvidar todo por unos segundos y miro al techo hasta que sus ojos se cerraran en un profundo y merecido sueño.

Debio haber quedado en una especie de coma como para no sentir cuando alguien lo sostuvo en sus brazos y se lo llevo del lugar. Quien sabe cuantas horas habian pasado, pero sintio que fueron solo cinco minutos. Al abrir sus ojos se encontro dentro de un cuarto completamente blanco. No habían puertas ni ventanas, solo esas cuatro paredes que se alzaban como una prisión. Lo primero que haría seria analizar el lugar y buscar una salida pero sus ojos se concentraron en la persona que estaba al otro extremo de la habitación. Atada de manos, con su boca sellada, estaba la persona que mas odiaba en el mundo. Siempre habia tenido un caracter explosivo, por lo cual su primer impulso era lanzarse sobre él y asesinarlo; pero solo pudo dar unos cuantos pasos. Sus muñecas estaban atadas con cadenas que se conectaban hasta el piso. Las cadenas eran tan largas como para poder caminar un metro pero no lo suficiente como para alcanzar al demonio dormido.

Si eso era un sueño odiaria su propia mente por jugarle tan espantosa broma. Era como estar hambriento y te pusieran un banquete pero tuvieras la orden de no tocar nada. Trató de usar nen pero su aura no aparecia; quizá esa habitación era la causa principal ¿Quién en su sano juicio los pondría a solas en un cuarto como ese? 

Chrollo abrió sus ojos y quedo igual de sorprendido que el chico. No era para nada lindo haber sido interrumpido en su lectura, recordaba haber dejado su libro sobre la cama y luego perdido el conocimiento. Lo mas molesto era saber que estaba atrapado con la "señorita" que habia tratado de asesinarlo una vez. Aunque pensandolo bien, no todo era aburrido. Era muy interesante observar como Kurapika luchaba por romper sus ataduras. Extendia los brazos hacia él, tratando de alcanzarlo, tomar su corazón y terminar con su infierno.

No Puedes DespertarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora