Había una vez un señor muy solitario que se llamaba José. Pasaba los días leyendo, y escribiendo poemas. Un día llego un señor que tenía un canasto, era un regalo por las obras que José hacia. Dentro del canasto había un gato, el gato lo miro y maulló. En ese instante el señor quiso al gato.
Un día el gato quiso comida y el señor no sabia de donde sacarla ya que ninguna tienda estaba abierta, entonces al señor se le ocurrió una idea. Mientras el gato lo observaba a su amo el se abrigaba, tomo una caña de pescar, y salió.