El fin de lo que nunca comenzó.

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Y una vez más me encontraba frente a él. Sin embargo, ya nada era igual. Lo único que podía visualizar en sus ojos era furia y enojo. No pude encontrar en ellos la habitual picardía y diversión con la que solía mirarme. 

Tenía tiempo sin verlo. Esta era la primera vez que lo veía luego de que ciertas situaciones nos alejaran, luego de que todo cambiara y nos llevara a esto. A tener resentimiento.  

—Qué bueno que te encuentro— habló él con un claro tinte de furia en su voz.

—Lamento no poder decir lo mismo— respondí yo, con irritación, ya esto me tenía cansada, agotada. 

Intenté seguir mi camino, sin embargo, al pasar por su lado me tomó del brazo y me halo hasta tenerme nuevamente frente a él. No pude evitar mirar sus hermosos ojos verdes, estos brillaban, pero esta vez de furia, su mandibula estaba tensa. Un nudo se plantó en mi garganta, y sentí mis ojos humedecerse. 

Pero no, no lloraría.

— ¿Qué quieres? Yo no tengo nada de qué hablar contigo — mi voz sonó más dura y segura que nunca, aunque realmente me estuviera quebrando mucho más por dentro. Aunque pensé que no podría hacerlo. 

— ¿Cuál es tu afán por dejarme mal con ella? Deja de decir tantas mierdas de mí, solo porque no eres capaz aceptar que contigo no funcionó. Ya estoy harto de tu actitud inmadura— una sonrisa de decepción se formó en sus labios— ¿Pero qué más se puede esperar de una chiquilla como tú? — solo bastó escucharlo decir eso, para romperme por completo, me derrumbé. No tienen idea de lo mucho que me golpean sus palabras. 

Aunque ya me lo veía venir. Ya yo sabía lo que él pensaba de mí, lo había escuchado de boca de otras personas y si de esa manera mi corazón se hizo trizas, imagínense ahora que lo escucho de su propia boca. 

Una mezcla extraña de sentimientos negativos atravesó mi ser. Tenía muchas ganas de llorar. Pero jamás lo haría frente a él.

Dejé escapar una carcajada, sin pizca de diversión de mis labios.

—No puedo creer que creas eso de mí. Es lamentable, pero ¿Qué más da?. Mira Raymond, ya te lo dije una vez, nunca hablé, ni hablo, ni hablaré de ti, y mucho menos mal, sabes muy bien que eso no me gusta, todo lo que tengo que decir, te lo digo de frente, lo sabes. Nunca he dicho mentiras para dejarte mal con ella ¿Quién me crees? Y estoy completamente segura de que chiquilla y todo estoy actuando de una manera muy madura en esta situación. No sé qué diablos te habrá dicho ella para que tú me estés hablando de esta manera, y no me importa de verdad. Además no tengo porque estar dándote explicaciones de nada. Aquí la que debería de estar cabreada y viéndote de esa manera en la que tú me miras a mí soy yo. Ya estoy harta de esto, harta. Así que ya déjame en paz. ¿Decidiste tener algo con ella? Pues bien te felicito, y espero que les vaya bien. Pero ya dejen de meterme en esto, ya yo no pinto nada ahí— dije con un nudo en la garganta.

—Tal vez ya no pintes nada aquí, pero sí que te estas metiendo— lo miré confusa.

— ¿Pero qué dices?

—¡Demonios! Tú solo te dedicas a hablarle pestes de mí a ella ¿Qué pretendes? ¿Dejarme mal? No pensé que fueras de esas, te creía diferente, Eve, incluso te considere una buena amiga, incluso llegue a...— cortó sus palabras.

— ¿Llegaste a qué? ¡Por dios Ray! No pretendo nada, a ella no el he dicho absolutamente nada de ti, ni bueno, ni malo ¿Qué ganaría yo con ello? No me interesa alejarla de ti, no me interesa quebrar lo que tienen. Yo desde un principio acepté todo, hice a un lado todo lo que... — siento — Yo solo la escucho ¿sabes? Hablar y hablar de ti, de lo maravilloso que van — ya mi tono de voz era bajo, no pude evitar reflejar tristeza en mi voz. Y quería decir más, pero simplemente no podía, no puedo hacerlo. Quería decirle lo mucho que me dolía escucharla hablar de él, de todo lo que hacían, de lo maravillosa que al parecer estaba siendo su relación. 

Aunque ya tenía tiempo sin hacerlo, y no precisamente porque ella no me quisiera contar, sino porque yo se lo pedí. Es que sinceramente era muy cínico de su parte contarme todo. Ella sabía muy bien lo que sentía, aún así, ella no se detuvo hasta que yo se lo pedí.

— ¿Entonces dices que no has dicho nada de mí? ¿Dices que ella miente?

—No he dicho nada malo de ti, puede que te haya insultado un poco, en algún momento, pero esos insultos no venían solos, siempre terminaba diciendo lo contrario a insultos Ray. No sé de verdad que te ha dicho ella para que tú estes de esta manera.

—No sé qué pensar, ni que creer.

Reí sin ganas.

—No pienses nada. Solo... solo déjalo así. Lamento que todo esto haya terminado así. Lo lamento mucho— el nudo en mi garganta se hizo más grande, mi voz finalmente se quebró— Creo que ya no hay más que hablar, yo solo espero estar haciendo lo correcto.

No supe descifrar su expresión, eche un último vistazo a su rostro, a sus facciones que tanto me gustaban, que tanto me gustan, porque a pesar de todo aún me sigue fascinando, y eso me duele. No quería aceptar que lo quería, un poco, pero lo hacía, me arrepentía de no haber actuado antes. Ahora simplemente me quedaba resignarme a lo que pasaba. Lo había perdido. Tal vez si yo hubiera hecho algo, si hubiera reaccionado antes, todo sería distinto. Esto me dolía como nada, y pensar que todas mis acciones fueron para protegerme, pero ya ven no habían funcionado. Igual resulté dañada.

Me acerqué y dejé un beso en su mejilla, un "cuídate" salió de mis labios. Dejaría todo atrás. Este es el fin de nuestra historia, el fin de algo que nunca comenzó.

Esperaba no volver a encontrármelo más.

No creo poder olvidarlo, pero espero superarlo.

Fue algo muy especial, aunque creo solo lo fue para mí.

Pero sé que esto fue el fin de algo que nunca comenzó.

Nosotros fuimos ese algo que nunca comenzó.

El fin de lo que nunca comenzó.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora