—El lugar no era desagradable...espera sí, sí lo era, apestaba a establo por todas partes, era como si la época medieval los hubiera tragado y luego los soltará en una de aquellas viejas y nada adorables películas de espadachines, y sinceramente no estaba de ánimos como para protagonizar Don Quijote con el pelirrojo, alías señor sadismo en persona.
Se dio la vuelta y comenzó a caminar, mientras su mente solo pensaba en una simple y mísera cosa, ¿cómo volvería a su mundo?, un dios no podía estar en un lugar tan deprimente como aquel, por dios, siquiera se hubieran tomado cinco minutos más y le hubieran diseñado mejor; aquel mundo apestaba, y no, no solo se refería al olor, era horrible, no tenían dinero, no tenían comida, no tenían ni siquiera un techo donde pasar la noche, es más aquello no le importaría mucho que digamos si no tendría que estar acompañado por el sadismo.
Karma agitó levemente su mano, y suspiró pesadamente, lo había intentado, como ¿cuánto?, unas diez veces, no quizás más, no debía confiar en los juegos, mucho menos en los animes.
—¿y mi paquete de inicio?—Preguntó con cierto hilillo de voz, a lo que Asano simplemente le dirigió una mirada sarcástica, no sabía si reír o llorar, quizás ambas, pero aquello le llevaría directo a un manicomio, y ya tenía bastante soportando al pelirrojo como para soportar a miles de locos más.
—Bienvenido a la realidad, ¡no hay nada de eso!, así que lo mejor será que te pongas a trabajar y busques algún lugar donde podamos pasar la noche—Karma alzó una ceja, para luego reír de forma maliciosa.
—Y si quieres también llamó a la pedicurista—Bufó con desdén mientras continuaba siguiéndole el pasó a Asano. El pelinaranja sólo suspiró.
—¿qué, acaso crees que un dios se va a poner a trabajar?—hizo una pequeña pausa, tomó aire y luego exhaló—Además tú fuiste quién me arrastró hasta aquí—Karma tan solo se encogió de hombros, y luego rodeó sus ojos.
—Escúchame bien pequeño divo—Alargó de forma cantarina, mientras se ponía frente a él, y aunque, el pelinaranja le supera mínimamente en altura no se detuvo, y no lo haría nunca—Me enteré de que morí hace un par de horas, luego me dieron la oportunidad de rehacer mi vida en este mugroso lugar, trayéndote a ti conmigo, lo aceptó, no fue la mejor decisión, pero créeme, dios de segunda, que si crees que no harás nada y tan sólo me observaras a mi trabajando como un animal estás muy, pero muy equivocado, así que por el bien de tu hermoso y nada virginal trasero, te sugiero que mejor calles y no vuelvas a repetir nunca jamás en tu vida esas palabras—En la mirada del pelirrojo sólo se podía distinguir sed de sangre, era como si la mismísima Yuno Gasai se hubiera apoderado del cuerpo del chico; por lo que al indefenso e inútil dios no le quedó más que asentir, sin poder agregar ni una mísera palabra.
Luego de aquello, el silencio entre ambos era tensó, y el camino demasiado largo para ser verdad, el atardecer llegaba y poco a poco el sol se escondía tras las praderas. Habían estado como locos buscando algún trabajo, o vamos, un lugar donde pasar la noche que no fuera un sucio puente, pero la suerte no había estado de su lado; y fue entonces cuando al pelirrojo se le ocurrió algo.
—Asano—Canturreo felizmente. Asano simplemente suspiró, sabía que algo malo iba a pasar, temía por lo que el pelirrojo fuera capaz de hacer, sin embargo tan solo se volteó levemente quedando así frente a él—¿Cuáles son tus supuestos poderes?—Vale, aquello había sido la gota que había derramado el vaso.
—¿¡Supuestos?!—Exclamó ofendido. No, simplemente no lo podía aceptar, que se metieran con su orgullo de dios, que lo arrastrarán a un mundo paralelo como si de no game no life se tratará (el único detalle aquí es que esos dos hermanos se amaban y estos dos se quieren linchar), que le arrebataran su puesto de dios, y millones de cosas más, podía soportarlo, pero sus habilidades, eso sí que no; no venía de un linaje real por nada.
Karma se encogió de hombros levemente mientras observaba divertido el rostro del dios, el cuál era todo un poema, un leve sonrojo, obviamente por toda la ira que le carcomía por dentro, sus labios emblanquecidos hasta el punto en el cual el pelirrojo había llegado a pensar que terminaría rompiéndose los labios por la fuerte presión que ejercían sus dientes sobre él , sus manos hechas puño, y sus ojos llenos de rabia e ira; incluso por un momento se sintió complemente culpable por aquello, pero luego recordó todo lo anterior, y aquella culpabilidad se esfumó.
—Después de todo no me ha mostrado ninguna de tus habilidades—Declaró el pelirrojo con obvia malicia en su voz.
Entonces Asano comenzó a hacer un montón de cosas raras con sus manos, Karma simplemente observaba la situación, esperando ver algo...pero luego de un tiempo, lo mejor que logró el pelinaranja fue que se la palma de sus manos saliera disparado un débil chorro de agua.
—¡Bravo, eres el nuevo Houdini, seguro que eso nos hace millonarios!—Declaró con fastidió Karma mientras el pelinaranja sólo agachaba la cabeza.
Asano se sentía humillado, no sabía la razón o él porque sus habilidades habían desaparecido místicamente quizás había algo en aquel mundo que le impedía hacer uso de ellas al cien por cien, sin embargo, y en esta única ocasión no le quedaba más que aceptar su fracaso, después de todo el pelirrojo estaba en búsqueda de algo que les diera siquiera un poco de alimento.
—En todo caso, ¿tú que harás señor perfección?—Bufó, mientras continuaba caminando por las viejas calles de aquel lugar, se sentía tan cansado que dormir bajo un árbol no sonaba tan mal.
—¡Un gremio!—Anunció con un brillo especial en sus ojos. Llámenme soñador, pero Akabane Karma moría por tener habilidades mágicas y pertenecer a un gremio, no sería tan genial como el de Fairy Tail eso lo tenía más que claro, pero mientras pudiera tener poderes y volar una cuantas cabezas estaba más que feliz—Y de hecho hay uno cerca por aquí—Canturreo de una forma muy infantil, mientras buscaba con desespero el gran edificio, mirando de un lado a otro, entusiasmado, tan solo faltaba que de él emergieran una cola y unas orejas de perro, aquello completarían todo para dar a entender lo entusiasmado que estaba.
—Ahí—Señaló sin muchos ánimos el pelinaranja, a la estructura de gran tamaño y colores llamativos, la cual en la parte más empinada se hallaba un gran cartel de letras de colores el cuál ponía "¡gremio kono, seáis todos bienvenidos!".
Y entonces el pelirrojo salió corriendo hasta el gremio.
♡♡♡
¡Cuánto amor que desprenden estos dos, por favor!, como van las cosas no me extraña que terminen matándose mutuamente en el capítulo cuatro xD.
En fin, en fin después de un cierto tiempo me he dignado a publicar ;-;/, algo corto, pero vamos que lo estaba escribiendo a la una de la mañana cuando mi mentecilla solo quiere descansar(?
¡por cierto, gracias por los votos y los comentarios nwn!
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En este mi único e insólito universo
Fanfiction¿Qué se supone que hay después de la muerte?, ¿el cielo, el infierno?, o quizás... ¿un mundo fantástico?(Au) Inspirada en KonoSuba!