Él me defendió.

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Kim JongIn siempre fue una persona que se esforzó al máximo para conseguir llegar a sus metas.

En el colegio se quedaba los recreos estudiando en vez de salir a jugar con sus compañeros. En las clases de baile se quedaba horas extra para conseguir fluidez y perfección, y él lo disfrutaba, porque llevar una vida así significaba que estaría anclado a la palabra "éxito" en un futuro.

Las notas de JongIn eran algo de lo que él estaba orgulloso, llegando a sacar casi siempre la perfección. Sería mentira si él dijera que no se esforzaba y le salía de por sí. Él no era una persona naturalmente inteligente, sus notas se debían a los cientos de sacrificios que hacía. A medidas que fue creciendo, sin embargo, la escasez de chicos estudiosos disminuía a su alrededor, pero él seguía siendo el mismo chico que no salía con amigos, que prefería rechazar una invitación ante arriesgar bajar la media de sus calificaciones por un simple capricho, por una simple noche de cine.

Recordó la primera vez que se burlaron de él. Tenía apenas 12 años y tras ser el único que aprobó el examen de historia, todos comenzaron a insultarle y a acusarle de tramposo. No hacía falta decir que él estaba en un punto de mira. Todos estaban cabreados con él, comenzando por los que alguna vez consideró sus amigos, que sin embargo fue perdiendo poco a poco debido a su "no saber vivir".

¿Qué son las burlas de niños de 12 años en comparación a lo que recibía ahora?

JongIn cumplió 17 el mes pasado y lejos de burlas inocentes y sutiles acusaciones, ahora JongIn tenía a medio colegio detrás de él, y no de forma positiva.

Por su tez morena y su pelo largo y negro nadie nunca lo consideró guapo. Nunca fue un gran problema para él su inexistente vida romántica. Por su mente a veces pasaban ideas como confesar al fin su orientación sexual... Pero, si le maltrataban ahora, ¿cómo sería después de eso?

Él no tenía esas esperanzas de convivir en paz con los compañeros de clase, solo quería acabar de una vez el curso y alejarse del pueblo horrible en el que vivía. Si, tenía esperanzas de que después de mudarse a Seul, las burlas acabasen. Él se esforzaría en cambiar, o eso creía.

Estaba harto de recibir la misma paliza en el mismo cuarto de baño de siempre. Estaba harto del cyberbullying. Cada noche tenía que inventarse diferentes motivos sobre las marcas por todo su cuerpo. No es como si sus padres le prestasen especial atención tampoco. Bastardo tenía que nacer. Su vida era un auténtico desastre y a veces se preguntaba si llegaría el día en el cual algo cambiaría. No quería mucho, solo paz y libertad.



ººº

Hoy fue un día extraño. Cuando salí de clase para dirigirme al baño de siempre para recibir la paliza de siempre, vi como todos me miraban. Esos ojos llenos de odio injustificado, esas risas e insultos que ni siquiera se esforzaban en susurrar, lo de siempre, pero ahora más descarado. Quise preguntar qué tanto miraban, pero no habría caso, el instituto entero me hacía el vacío, y hasta varios profesores. Para ellos no existía la persona tras el saco de boxeo. Para ellos Kim JongIn no tenía significado, sino Kai, el pringado de turno.

A los pocos segundos me di cuenta de lo que habían hecho. ¿Por qué había fotos de pegadas a las paredes?

Sentí mis piernas flaquear. No. JongIn respira. No te puedes derrumbar delante de ellos. Nunca lo has hecho. JongIn, para. Temblé de ira mezclada con vergüenza. Instintivamente agaché mi cabeza, intentando evitar las miradas hacia mí. ¿Por qué? ¿Cómo? Esas preguntas no dejaban de pasar por mi cabeza. Nunca, nunca pensé que... Oh no.

Solo tuve un maldito hombre en mi vida a lo largo de estos años. Nunca llegamos a algo serio, mierda. Simplemente fue un lío de una noche que ni siquiera desembocó en lo que ambos pretendíamos obtener. Hace dos malditos años... Fue hace dos jodidos y largos años. ¿Cómo obtuvieron esas fotos? Habrá sido él...

Because of you [SooKai/KaiSoo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora