Tiró de mí con fuerza, más fuerza de la que yo podría tener en mi vida. Yo era un agujero negro, del cual no había salida. Un bucle negro sin escapatoria, eso era todo mi ser. Él, no sé qué querrá, pero ya no me espero nada bueno. Nadie ayuda por ayudar, y eso lo aprendí de la manera difícil.
Me arrastraba por los pasillos quizás sin pretender hacerme daño, pero me hacía daño. No era solo daño físico por el fuerte agarre de mi muñeca, sino un daño más allá, un dolor que provenía de mi corazón inseguro, que desconfiaba en toda persona que no fuese mi abuela.
Mi abuela.
Solo recordar lo que la hicieron ver me hizo aguar mis ojos. Tiré de ese chico para que dejase de andar tan rápido, en ese silencio pesado. Sentía que me faltaba aire, que las lágrimas de nuevo me traicionarían y me harían ver débil. ¿Pero no lo soy?
Nunca fui fuerte, nunca. Ahora todo se ha vuelto un desastre, ya es tarde para recuperar lo perdido.
Lloro disimuladamente, para que no me oiga. Suficiente que me salvó de aquella situación. Suficiente fue que me extendió la mano antes de que me derrumbara en pedazos delante de todos esos buitres.
Vuelve a tirar de mí, como si realmente no le importase que yo le hubiera intentado parar. Él era distante, era frío y yo no comprendía el real propósito de esto. ¿Por qué a mí? Yo no soy nadie. ¿Por qué pierde su tiempo conmigo?
Entonces lo vi, dentro del baño, como se giraba, me miraba con sus profundos ojos negros, y de su boca solo podía escapar un quejido, quizás de molestia, quizás hice algo mal y ahora, me quería golpear.
Dio varios pasos hacia mí, y yo esperé pacientemente a que el primer golpe llegara. No fue eso lo que sentí, sin embargo. Me agarró de la cintura, rodeándola con sus fuertes brazos, y pese a la diferencia de altura, me sentí protegido.
Esa oscuridad en la que antes estaba, ya no era tan oscura. No sentía sus malas intenciones, su odio hacia mí, solo un profundo odio hacia todo aquel que me hizo daño, y yo lo sabía, por su abrazo posesivo, por su mirada dura aun viendo hacia un punto concreto en la pared. Imaginaba que él ahora estaría destripando a aquellos en el patio, así yo lo sentía.
—Jong In tú... — Comenzó a hablar, haciéndome estremecerme. Aquí venía, toda la verdad. —Como dije antes, tu caso fue investigado por la policía, y ya ha llegado a su fin. Ahora mismo, la policía debe haber entrado ya en el edificio, a hablar con el director, y con Moon. — Hizo una pausa, dirigiendo su fría mirada hacia mí, penetrándome con ella, mirando a través de mi alma, dando justo en mi punto débil, la soledad. — Escucha, vendrás conmigo. Iremos a casa, y ya no volverás más a esta escuela. No creo que nadie vuelva por una temporada, o al menos hasta que encuentren otro director.
Sus palabras me tranquilizaban, sonaba demasiado bien como para ser real. Como si en mi vida solo pudiesen pasar cosas malas, como si yo no tuviese derecho a sentirme feliz, al menos una vez en mi vida.
Lo abracé, correspondí ese abrazo que desde hace un minuto me daban. Apoyé mi cabeza en su hombro, escondiendo mis ojos, porque no quería que me viese llorar.
Su abrazo se volvió más fuerte, y para mí fue imposible no sollozar, exhalar e inhalar con fuerza.
— No sé...qué decir...
Mi voz sonaba débil, y me dije a mí mismo que no debería hablar más, porque mi respiración me fallaba.
Su mano acariciaba mi espalda, mientras la otra se posaba en mi pelo, acariciando mi flequillo mojado por las lágrimas. Lo sentía tan cálido, la única luz que ahora mismo iluminaba mi oscuridad...
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Because of you [SooKai/KaiSoo]
FanfictionKim JongIn es un chico de 17 años que durante la mitad de su vida sufrió de Bullying escolar en la escuela Kwang. Cuando pensaba que tenía dominado su comportamiento pasivo ante sus maltratadores, fue cuando a ellos se les ocurrió otra forma de cons...