Lo fácil aburre, lo difícil atrae y lo imposible obsesiona.
No sé si me gustaba, ni siquiera lo había notado desde aquella vez que él y sus amigos me vieron llorar, no sé si lo quería como amigo, o solo lo quería para ocupar el lugar que él había dejado en mí, fuera lo que fuera, lo elegí a él y no a nadie más.
¿Masoquismo o amor? Mmm...
¿Hay alguna diferencia?
Su nombre era Tomas, y eran las cinco letras más bonitas que jamás había oída juntas. Claro había escuchado aquel nombre en otros chicos, pero nunca en alguien como él.
Tenía una forma de ser hiriente, seco, frío, tal vez solo era así conmigo, pero todos esos comportamientos era lo que me gustaba de él, sé que está mal seguir detrás de algo que nunca será para mí o que me hace daño y que no siente lo mismo que yo pero ¿qué podía hacer? Mi corazón lo había elegido a él y no podía hacer nada.
Lo quería ver feliz, con o sin mí.
