-¿A quién vez? –me pregunto Claudia, ella es mi mejor amiga.
-A el –señale a un chico de tés morena que jugaba con sus amigos.
-¿Y ese qué? ¿Lo conoces? –continuo preguntando.
-Si. ¿Recuerdas el festival del 14 de Febrero? ¿Cuándo me puse a llorar?
-Cómo olvidarlo.
-Bueno él y todos sus amigos, los que están ahí, obvio, se acercaron conmigo y bueno me ayudaron y hasta eso me tranquilizaron –respondí.
-¡Oh! Pero bueno te ayudaron y eso pero ¿Por qué lo ves? ¿Te interesa o algo? –pregunto, confundida.
-Podría decirse que me llama la atención.
-¿Y sabes su nombre?
-Sí, creo que sí. Se llama Tomas, creo, si no me equivoco –concluí.
Y ahí estaba iniciando el verdadero problema. Me estaba interesando aquel chico, me estaba llamando la atención, me estaba gustando y ahí inicio el verdadero problema.
-Jessica le puedes preguntar a el chico de allá –señale a mi amiga al chico que yo recordaba su nombre era Tomas. – Si su nombre es Tomas. Por favor –le dije, quería estar segura de cómo se llamaba.
Fue. El la miro de una forma confusa, esa mirada me enamoro más.
-¿Y qué paso? –le pregunte una vez que ya se había acercado Jessica.
-Si. Se llama Tomas –concluyo.
¡Wow! Nunca antes me había gustado alguien con un nombre como aquel. Con un nombre perfecto. Joder que estoy diciendo, solo me gusta, solo eso. Supongo.
Ok ya, tenía que decir que me gustaba alguien, después de...el.
-Claudia, me gusta alguien –hable al fin, después de estar meditando en lo que me iba a meter luego de esa confesión tan fuerte, bueno fuerte en esta etapa de la vida.
-¡¿Quién?! –exclamo. Dios esa niña me iba a volver loca. Un poco más alta su voz y todo el salón se enteraba.
-Pues... Un niño.
-No me jodas. ¡Habla wey!
-Tomas –musite.
-¡¿El que estabas mirando?! –pregunto.
-Si.
-¡Pues díselo! –añadió.
-¡¿Qué!? ¡Estas loca! No le voy a decir, apenas lo conozco.
-Pero te gusta y eso es lo que vale.
Y no nos percatamos que Lizbeth (otra amiga mía y mejor amiga de Claudia o bueno "hermana") estaba justo llegando en ese momento y escucho todo.
-¿Quién le gusta a quién? –pregunto curiosa.
-A mí me gusta alguien –musite.
-¡Milagro wey! Ya era hora que te gustara alguien más después de...
-No lo digas, por favor –la interrumpí.
-Cierto, perdón. ¿Y quién es?
-Un chico de tercero, se llama Tomas.
-¿Es del salón de mi Ricardo? –pregunto. Ricardo era el crush de Lizbeth.
-Eso si no lo sé.
-¿Y porque no le dices?
-Es como se lo dije a Claudia ¡apenas lo conozco!
-¿Y? me vale caca se lo dices en una carta anónima y ya –dijo.
-Estás loca –escupí.
-No, no lo estoy. Y se lo dices porque se lo dices.
Y valió todo en ese preciso momento.
Tú eres la única cosa buena que he logrado. Tú eres lo que he estado esperando.
