Querida Lena.

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Querida Lena, ya hace casi dos meses que partí.

Al principio siempre me solía sentir vacío y sabía que algo faltaba en mi vida (creo que no hace falta que te lo llegue a explicar porque apuesto mi pellejo a que tú estabas harta de escucharlo). Ni el dinero, ni mi familia, ni mis amigos, ni tú me dabais aquello que tanto deseaba. Me sentía incomprendido y decidí machar en busca de aquello que me devolviera la motivación.

Mi primera parada fue Nueva York, una ciudad muy viva e innovadora. Visité miles de lugares emblemáticos e incluso conocí a varias personas (conocí a una chica que me recordó muchísimo a ti), pero de ninguna manera conseguí sentirme completo del todo. Vaya, nada fuera de lo especial.

La segunda parada fue más extravagante. En Londres conocí a una chica con la que terminé de una manera muy inesperada. Recorrí con ella los lugares más conocidos y hasta me reí de los soldados que hay en el Buckingham Palace, aunque este final no fue tan feliz ya que de ellos no recibí amor (más bien lo contrario). También me hice una foto en una cabina de teléfono por postureo. Aunque he de admitir que esa chica tampoco era nada especial, es más, ni siquiera hacía latir mi corazón, solamente fue para despejar mi mente. Hacer lo que hice tampoco llenó ese vacío del que tanto me quejaba.

Llegué a Ámsterdam como tercera parada, una de tus ciudades favoritas. Al recorrer todos aquellos canales no podía dejar de pensar en que tú estarías como loca por subirte a una barca y cruzar todos ellos. De repente me empecé a sentir algo extraño, ¿por qué te echaba de menos? Decidí ignorarlo, pillar una buena borrachera y terminar en el hotel más desastroso de la ciudad. Aunque por mucho que lo intentara no lograba sacarte de mi cabeza.

La siguiente parada empezó a afectarme de mala manera, llegué a Verona. Sinceramente quería ir a Roma, pero no pude evitar pasar por otra de tus ciudades favoritas (aunque nunca hayas estado). La verdad, ese aire de "romance" y de "Romeo y Julieta" me hacía sentir muy solo. Era como si a un niño pequeño lo dejas suelto sin dinero en una tienda de juguetes, así me sentía yo. Llegué a la casa de Julieta, me parecieron increíbles todas esas personas que escribían cartas y las dejaban en la pared. Aunque me pareció más asquerosamente increíble la cantidad de parejas que habitaban la ciudad. Ahí te comprendí, la razón por la que te gustaba esa ciudad. No pude evitar necesitarte en ese momento conmigo y que cumplieras tu sueño de visitarla, incluso si yo era la persona que estaba a tu lado. Como estúpido que soy no me di cuenta de cuan importarte eras en mi vida hasta que no vi a un montón de personas juntas dándose amor. Lo siento, Lena, siento que hayas cargado con este desastre andante tanto tiempo.

Mi última parada fue Barcelona. Llegué a la playa e intenté relajarme. No podía haberme ido para encontrar una nueva motivación en mi vida y llorar por los rincones porque te necesitaba. Un baño fresco despejaría mi cabeza y me daría esa tranquilidad que buscaba, pero desgraciadamente un grupo de monos con apariencia de humanos no paraban de molestar. Me sentía tan solo, tal vez si hubiese hecho caso a mi grupo de amigos, estaríamos por alguna playa cercana actuando de la misma manera. Decidí coger mis cosas e irme, no podía seguir soportando aquello. Pero una familia de cuatro miembros se cruzó en mi camino antes de llegar al próximo tren. Tan felices, tan inocentes, no pude evitar acordarme de mis padres y mis hermanas pequeñas. Sin duda, ahora sí que de verdad sentía ese gran vacío, más que nunca.

Y es así como va la cosa; por desgracia existe gente como yo que no se da cuenta de lo que tienen hasta que no lo pierden. Y lo peor del asunto es que algunos no llegan a darse cuenta nunca de lo que tienen. Culpaba a mi alrededor sin imaginarme que la culpa de ese vació era yo mismo. Al final, irónicamente, este viaje en vez de darme aquello nuevo que tanto anhelaba me abrió los ojos y me hizo darme cuenta de la estupidez humana.

Dicho esto, te envío esta carta para avisarte de que cojas tus cosas y que, solo si tú quieres, nos vamos a hacer este viaje los dos juntos. Ya que gracias a este viaje al fin descubrí a que se debía ese vacío que tenía.

Atentamente, tu estúpido mejor amigo.

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⏰ Última actualización: May 08, 2016 ⏰

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