Con el día de mi baile yo soñé, con ese caballero me imaginé, con una hermosa noche yo me ilusione, y el mejor de los bailes debía ser. Las siete de la noche, marcó mi reloj, y en un fino lugar estaba yo. Rodeada de personas con clase superior, y en medio de todos estaba yo. Sola como siempre alejada de los demás, rechazada por mi ego y mi estilo común. El reloj marca las ocho y no pude más, corriendo salí del lugar tras muchas burlas tener que escuchar. Puede que sean de gran sociedad, ricos en dinero pero escasos de respeto. Falsas ilusiones Son las que tenía, de un hermoso baile y con un caballero. Lastimosamente, a el no lo encontré. Maldito el momento en que yo imaginé, una hermosa noche infinita con él. Ocho y treinta mi reloj marco, bajo la luz de luna estaba yo. Llorando sin consuelo, renegando mis tristezas, mirando las estrellas pensando en mis anhelos. Y así el tiempo paso las nueve, las diez, las once, Llegaron las doce y mis penas continuaban. El baile se escuchaba en su mejor momento, divirtiéndose todos llenos de energía, continuaban la gran fiesta Ilimitados de la noche. Observando el panorama todos repetían, una triste acción que a todos divertía. Pasando la botella todos lo bebían, y en una decepción aquello se volvió. Analizando mi vida comparándola con ellos, cuenta yo me di que a pesar de mi soledad aún mi vida es sana. Quizás no tenga dinero y mi clase sea baja, pero una cosa si poseo y son millones de virtudes. Grande es el respeto, que a los demás les tengo. Y en ninguna circunstancia me rebajaria como ellos.
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