Hoy la vi por primera vez desde que la conocí
Cuando llegué, mis manos temblorosas lograron marcar su número telefónico. Le marqué, y su dulce voz calmó mis manos y mi cuerpo entró en paz. Me senté y admiré la fuente que parecía que brotaba agua celestial. Pensaba y pensaba cómo ella reaccionaría al verme por primera vez. Luego de esperar diez minutos, levanto la vista. Y veo algo deslumbrante, un ángel había entrado a llevarme al paraíso, una luz brillante que alumbraba el centro comercial. Éra como el sol, su brillantez cegaba mis ojos y mi corazón. El ángel levanto su mirada y me percaté que eras tú. Luego, me levanté y te miré a los ojos, tus ojos apresaron los míos, y se llevaron mi corazón, mi alma y mi cuerpo. No tuve mas remedio que caer a tus pies. Cuando nos acercamos lo suficiente, tu sonrisa deslumbrante captó mis sentidos y quedé totalmente hipnotizada por tu sonrisa tan blanca como la nieve. Luego me miraste fijamente y con tus alas, abrazaste mi cuerpo. Tus alas calentaron mi piel mis brazos se elevaron y mis manos tocaron tu espalda. Solo de sentir tu respiración en mis manos y sentir tus latidos en mi pecho, me sentía en el paraíso. Luego, hablaste y tu dulce voz hechizó mis oidos y no podía prestar atención a otra cosa que no fuera tu voz hipnotizante. Luego nos fuimos a caminar, ella parecía que flotaba, no podía quitar mi vista de ella, y su aroma, tan dulce como la miel y tan suave como un petalo de rosa. Oh, su aroma, capturó mis sentidos y yo sentía cómo me halaban a su pecho. En un momento, recosté mi cabeza sobre su pecho y escuchaba sus latidos. Sus latidos me hablaban, su corazón anhelaba amor, necesitaba alguien tan sólo alguien que la amara. Y yo me pregunté,"¿Cómo puede un ángel, amar a un demonio como yo?". Yo soy oscura, y triste, si se enamora de mí, se convertirá en lo que soy y perderá su luz que me tiene presa. Su dulce corazón respondió: "En tí yo veo una llama, un fuego que es capaz de consumirme, un fuego que me quemará toda la eternidad, y yo busco ese fuego, yo lo anhelo, porque me estoy enfriando, y tu fuego me atrae, tu fuego es el que me da vida, y te necesito, para siempre". Yo me despegué y te vi con lágrimas en los ojos, las limpié, y tus ojos de los que brotaba un gran diluvio, brillaron. Yo sentí cómo lentamente nos elevamos, y en el cielo, justo frente a la luna y las estrellas alineadas, decidiste, tú dejar entrar mi fuego consumidor en tí. Y nos dimos el beso de la muerte, y allí fallecimos los dos. Y resucitamos en lo que somos ahora. Un solo cuerpo, una sola estrellas, un solo universo. Y así juntos lucharemos toda la eternidad.