Agua helada rizando mi cuerpo, ojos cerrados imaginando tus manos sobre mi rostro, sin aliento, suspiros entre corazones, retirate de mis oídos, de las canciones, tocame y después vete.
Regresa... Bésame, acaricia mi alma, ahora lárgate.
Vuelve, dejame escucharte trece segundos, aprietame fuerte, abrazame, ahora sueltame.
No te vayas, mirame el tiempo que nuestros ojos nos lo pidan, déjate, llévame contigo...
Vámonos, sé mío, seré tuya...
Déjame, ya no te quiero.
¿Qué pasa? ¿por qué no regresas?