Cita perfecta... Part 1

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Ha sido un día bastante agotador para Alec, sin la presencia de sus padres y el papeleo que ha surgido desde la aparición de Valentine, lo han tenido agotado día tras día. Aun así, su plan sigue en pie. Hacer que esta cita sea perfecta. Ha escuchado que las primeras citas pueden ser un poco desastrosas, pero las suyas han sido más allá de eso, mucho más.

La primera fue en un restaurante etíope, la comida era deliciosa, pero sus pensamientos no podían parar, todo ellos eran de Jace, verlo atravesar ese portal con Valentine lo ha destrozado con el recuerdo una y otra vez. Al igual que Clary, quería correr tras él y decirle que no es como su padre que no tenía que irse con él, pero la decisión era clara en su mirada, nada se lo impediría. Magnus podía ver claramente donde estaban los pensamientos de Alec, pero aun así él no se molestó, escucho cada palabra que salía de sus labios al lamentar la decisión de su Parabatai. La segunda cita fue algo más íntimo. Magnus había decidido preparar una cena, aunque Alec podía decir que tal vez su novio debía unos cuantos dólares al restaurante italiano que se encontraba cruzando la calle, pero a Alec le encanto que Magnus se tomara su tiempo decorando. El problema fue un ataque repentino contra unos jóvenes licántropos muy cerca de Green Point. Valentine era sospechoso debido a las investigaciones previas en las que Luke y Alaric habían trabajado en la estación de policía mundana y lo poco que ellos tenían aquella noche que conocieron a Clary en el Pandemonium, era el mismo modus operandi, y ahora que sabían de los experimentos de Valentine, tenía sentido pensar en él como el principal sospechoso.

Ha habido tantos inconvenientes, que tampoco hay tanto espacio disponible para salir. Por eso este día era el adecuado. Esa es la razón por la que Izzy estaba tan entusiasmada con ayudar a Alec. Él sabe de la gran amistad entre su hermana y Magnus, ellos han tenido gran complicidad desde que se conocieron, por lo que ambos estaban de acuerdo en esto. Así que ella lo convenció de acompañarla a comprar ropa, sin duda Magnus no le diría que no a eso. Ellos tienen gustos bastantes parecidos para vestir. Al contrario, en donde a Alec le gustaba vestir ropa más monocromática y sin ningún estilo de moda, Magnus era como mirar una gama de colores en el escritorio de un pintor, con brillo y esa chispa azul cada vez que hacia su magia. Y no lo malinterpreten le encanta como viste, aunque a veces a Alec le parece como si todo ese maquillaje fuera pintura de guerra, de camuflaje, para no dejarle ver a todos quien realmente es. Aunque él tenía la fortuna de ahora saber un poco más de él que otros.

Es casi la hora de que ellos regresen. Los últimos detalles están casi listos. Alec se siente nervioso por lo que hoy pueda suceder. Enserio quiere que este día vaya muy bien. Las velas, el mantel, servilletas y platos fueron cortesía de Clary y Simon. Es raro para él convivir con ellos, pero días después que Lydia comenzó a sentirse mejor, hablaron sobre lo que había pasado en la casi boda, y lo muy agradecido que él debería de estar por tenerlos como amigos. Él le pregunto por qué lo decía. Le relato como Clary lo había defendido, intentando convencerla de no casarse si sabía de los sentimientos de Alec por Magnus. Él no podía creer que ella lo hubiera defendido y pensara en que él debía de ser feliz. Esa es la razón por la que han estado hablando y comunicándose un poco más, eso y Jace, ambos lo extrañan demasiado. Todos los días tratan de localizarlo, pensar en que el atravesaría la puerta del Instituto en cualquier momento, pero nada ha pasado. Ha sido un mes muy largo, muy largo. Su vínculo Parabatai es lo único que le da esperanza de que Jace aún está vivo.

Un ruido al fondo lo saca de sus pensamientos, parece que han regresado. El ruido de unos tacones le avisan que están de vuelta.

"Hola Alec, hemos regresado" Izzy atraviesa la puerta con una sonrisa enorme en su cara contrastando con su cabello negro suelto. Vistiendo una blusa rosa pastel sin mangas que se ajusta muy bien a su cuerpo y una falda blanca empezando en su cintura entallada hasta las rodillas y unos tacones de cintas blancos "Espero hayas terminado, llevé a Magnus a tantas tiendas como pude, pero hasta él tiene sus límites en comprar ropa, no creí que eso fuera posible"

MALEC (Historias Cortas)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora