Daniel

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Daniel's POV

-Te dije que llegaras temprano ,maldito bastardo- gritó mi padre ( si es que a esa inmunda bestia alcohólica se le puede llamar padre)

-Fuí a dejar a Fred en la casa de su amigo-dije un poco bajo con la mirada en el suelo

-Tenías que comprar MIS cervezas-gritó de nuevo zarandeándome

-No me las venderían , ¡soy menor de edad!- grité lo último, ya estaba harto

-Já...te pusiste los pantalones ,marica.Veamos que haces con esto-dijo lanzándome su vaso con wiskey en él. Gracias a Dios fui lo suficientemente rápido para esquivarlo porque el infeliz me lo había lanzado cerca a la cabeza, pero no para evitar los golpes que venían después.

Luego de veinte minutos me logré safar de su agarre y corrí lo más rápido que pude escaleras arriba.

Llegué a mi habitación, heché pestillo y abrí la ventana, cogí mi billetera y salté .Me sujeté de la enredadera que mi casa tenía y toqué el suelo.

Bueno Daniel, si lo de doctor no te sirve...podrías ser un gran espía

Corrí hacia la casa del pequeño rayito de sol que me hacía sonreír todos los días...hacia la casa de Ger.

Entré por la ventana de la sala de estar y gateé hacia la escalera, subí hacia la habitación de Ger y la vi a ella bailando en su alcoba con los audífonos puestos y su móvil en mano. Me acerqué a ella y le toqué un hombro, ella se sobresaltó y volteó me sonrió... pero aquella brillante sonrisa desapareció cuando vio las heridas que él me había regalado.

Tapó su pequeña boca con una de sus manos y corrió hacia el baño de visitas . Me indicó que me sentara en su cama y así lo hice

Regresó trayendo una caja con una cruz roja en la tapa y de ahí sacó una bolsa de algodón y una gran botella de alcohol...Mierda, esto dolera ,Daniel.

Ella empezó a remojar el algodón en el alcohol y se acercó a mi...

Prepárate Daniel, no grites como nena

No lo haré , soy fuert...

-¡Concha de la lora!-aullé de dolor. Ger soltó una ligera risita y siguió en lo suyo.

Cuando terminó le sonreí, pero fue mala idea porque me dolió el labio.

-Fue él , ¿cierto?-preguntó inocentemente

-Si- dije suspirando. No sé cuando ni como , pero empecé a derramar las lagrimas que había estado conteniendo todo este tiempo, Ger no dio nada ;cosa que agradecí internamente. Ella apoyó su cabeza sobre mi hombro izquierdo y sobó mi espalda...justo como hacía mi madre.

Ella era la única persona con la que podía ser yo mismo, con la cual no tenía que aparentar ser alguien más, era la única con la que me tranquilizaba. Ella es mi boleto fuera del infierno que vivo...y eso me encanta.

Hey,Chico Darks!Donde viven las historias. Descúbrelo ahora