-¿Alguna vez te detuviste a pensar como sería vivir por el resto de la eternidad?... Pero de verdad, imagínatelo. Vivir generaciones y vivir todos los cambios que el mundo sufra- Suspiro al acabar de hablar, como una niña suspira por el niño que le gusta.
-Me asusta- Respondí y di la última pitada al cigarrillo que tenía entre los dedos.
-Pensar en la eternidad es algo enorme ¿no te parece?- Preguntó insistente.
Me deje caer hacia atrás con todo el peso del cuerpo. El suelo forrado de verde era fresco y olía bien, mantuve los ojos cerrados, disfrutando de esas sensaciones que te hacen vibrar el alma.
-Las estrellas son hermosas- Susurró
-Y viven casi una eternidad- Abrí los ojos, y deje que las diminutas luces penetraran mi retina. Hermosas.
-¿Casi?
-Casi.
-¿Existe algo infinito?- Preguntó mientras se dejaba caer al suelo también.