My angel, my devil.

Capítulo 5.

El día estaba nublado, no parecía ser primavera. De pequeña ________ amaba la primavera, solía ir a casa de la abuela todas las tardes a comer un poco, y charlar, en realidad ella no charlaba, los adultos lo hacían. Escuchaba con entusiasmo cada historia para que cuando tuviera nietos, pudiera contárselas.
Había una en especial que le encantaba, la de como sus abuelos se conocieron, solía sentarse en el regazo de papá mientras los viejecillos contaban la anécdota, se tomaban de las manos, y reían muchísimo al recordar... después, sólo una persona la contaba, la abuela, ya no era lo mismo, ella ya no tenía a quien mirar de manera picara mientas hablaban por horas... Y luego, sólo dos sillones y un montón de recuerdos... Tal vez los recuerdos mas hermosos que le pudieron dejar. Si _______ hubiera sabido que sus padres y todas las personas que tanto amaba se iban a ir tan pronto, tal vez habría tomado su mano con más fuerza, y valorado cada gesto, risa pequeña, abrazo, cualquier cosa que pudiera tener de ellos bastaba, no fue así.
Las clases habían terminado, y de verdad que era un alivio, las caminatas de vuelta dejaban que ________ estuviera sola, sin Ian, Nora, o cualquier otro sujeto, solo ella y su música...
Al llegar a casa notó que no había ruido, rarísimo, Ian siempre tiene todo un circo en su habitación que llega hasta la sala, caminó a la mesa y vio una nota "Salí a beber con amigos, no le digas a NADIE, entendido?" tenía la firma de Ian, claro, era el único que bebía y se iba de fiesta un lunes por la tarde... Vaya chico.
_______ no podía dejar de pensar en Justin, sí, se había prometido dejar a un lado el tema, pero, es que no podía, a decir verdad le había afectado, un poco, un poco mucho, pensaba qué sería de ella si por alguna razón macabra Justin cumpliera con su palabra y lo publicara, aunque, en el fondo ________ sabía que Justin no lo haría, algo se lo decía, su sexto sentido tal vez. -No eres tan malo-. Dijo para sus adentros