¿Qué he hecho para llegar aquí ?

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Frio, voces tímidas y asustadas, niños llorando y el traqueteo de las ruedas del tren sobre las vías. Era todo lo que Nae alcanzaba a sentir acurrucado en una esquina del vagón del tren que los llevaba a él y al resto de judíos a solo dios sabia donde; Dios y esos "cerdos nazis" como decía el joven.
Estaba asustado, su madre, la única persona que tenia en este mundo iba en otro vagón; si es que iba...
Pensar era lo peor de todo. La gente intentaba acercarse a las ventanas mínimas a respirar, todos de pie luchando por una bocanada. Todos menos Nae, el moreno solo pensaba y eso dolía más que nada
-"antes eras alemán, todo estaba bien, nunca pasé hambre o frío, tenia una vida despreocupada jugando por las calles y leyendo en el parque. Pero ahora,para ellos ahora solo soy judío, solo soy basura, ni siquiera soy una persona para ellos, la piel de una manzana les infunde más respeto y les da más pena que nosotros. ¿ Por qué ? Por culpa de esos cerdos que se creen los dueños del derecho a decidir quién es persona y quien no quien tiene derechos y quien no"- Un puñetazo resonó en el vagón. Nae sujeto su mano ensangrentada y miró el boquete en el suelo del tren. Un niño se acercó a él y le ofreció un pedacito de tela.
- ten.
La sonrisa del niño le dio un poco calor al corazón del muchacho.
- ¿Cómo te llamas ?
-Najman.
Nae río por la ironía, después de todo Najman significa "el que ayuda". Ese gesto fue un poco de amor dentro de la angustia en la que se había convertido la vida de Nae.

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Eran apenas las 5:30 de la mañana pero Oskar ya estaba en pie, había desayunado, bañado, vestido y arreglado y estaba esperando delante de la puerta de su superior.
-mañana te quiero aquí a primera hora Oskar. Vas a hacerte cargo de algo importante.
Recordaba las palabras de su superior con curiosidad. No había ni un solo borrón en su expediente, era un muchacho obediente, recto, disciplinado y servicial. A sus 20 ya tenía más reconocimientos de los que ninguno de sus mayores habían conseguido en muchos más años de carrera; por ello esperaba algún tipo de encargo relacionado con la formación de las "juventudes nazis". Por dentro Oskar era un gran manojo de nervios, pero por fuera no se le movían ni las pupilas.
La puerta se abrió y el muchacho se aventuró dentro del despacho. Había unos papeles en la mesa.
- un campo de concentración - murmuró Oskar mirando las hojas.
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Holaa espero que os guste ; )

Tú, Yo, Ellos, Y La Segunda Guerra Mundial.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora