El gran viaje

2 0 0
                                    

Sola en mi habitación recordando todos esos momentos felices con él, “por qué te fuiste, Dios por qué te lo llevaste a él y no a mi” grité al vacio mientras veía las últimas gotas de sangre por mis brazos caer. Iba a cerrar mis ojos, lo iba a volver a ver.

En ese momento sentí que la puerta principal se abría, pensé que sería mi tía, que horrible debe ser para un familiar encontrar a su pariente en esta situación y pensar que solo hace un tiempo mis labios sintieron el sabor de la felicidad.

Tres meses atrás, fuimos con mi novio a celebrar nuestro último aniversario, nosotros nos amábamos, lo conocía desde segundo grado, recuerdo que él era un chico bastante torpe pero aun así era un excelente deportista. Yo era porrista, siempre lo animaba en sus partidos, éramos la típica pareja de adolecentes. El me tenía una sorpresa, “era encantador”, íbamos tranquilamente por las nevadas calles de Sokovia y lamentablemente en ese momento sentimos un ruido, eran las cadenas del auto, estas se habían soltado y él me dijo “mi amor, te podrías colocar el casco de mi uniforme de fútbol”, yo lo vi a los ojos sin comprender porque me pedía esto, pero al final obedecí y fue allí cuando él me dijo “eres una persona encantadora, te amo como a nadie en este mundo y por eso te entrego mi vida”, después de esto no logro recordar que ha sucedido, solo sé que luego desperté en el hospital y el ya no estaba, pues había fallecido. Los doctores dijeron que me salvo la vida, porque fue el casco el que evito mi muerte, “Por qué Dios, por qué dejaste que me salvara”.

6:20 am

Que pasa, tan inútil soy que no soy capaz de acabar con mi propia vida, mire mis brazos, estaban completamente vendados y tenia suero puesto en la muñeca izquierda, mire hacia el lado derecho encontrándome con mi tía Clary dormida en una silla. Cerré mis ojos y tome un gran bocado de aire. Estuve solo a segundos de volverlo a ver – suspire - antes de volver a quedar en un sueño profundo.

10:00 am

Sentí ruido alrededor de mi, al abrir lentamente mis ojos me encontré a una mujer de mediana edad que seguramente era una enfermera

-Estuviste cerca niña- la escuche decir mientras colocaba un poco más de suero en las extrañas maquinas

No respondí, dirigí mi mirada hacia donde se encontraba mi tía, extrañamente solo vi su bolso, ella nunca me dejaba sola en estos momentos.

La enfermera se sentó y me miro, yo por otra parte encontré muy interesante la pared que se encontraba frente a mí.

-Tu familiar fue a la cafetería, volverá enseguida- me dijo mientras se movía entre las maquinas.

No respondí, dirigí mi mano hacia mi brazo vendado y volví a suspirar, a este paso acabare con todo el aire del mundo. Vi a una mujer alta y esbelta pasar por la puerta de la habitación, mi tía.

- Violeta mi niña, cómo te encuentras - me dijo mientras me abrazaba repartiendo besos por todo mi rostro

- Bien - susurre mientras me dejaba querer

- Cuál es el afán de darme sustos de muerte - irónico no, me tomo por los hombros, haciendo que la mirara a la cara y se sentó a mi lado.

En ese momento creo que a mi tía, se le ocurrió la maravillosa idea de enviarme al campamento de rehabilitación, pero no lo sé con certeza, porque ella hasta el día de hoy no me lo confirma.

- Cariño, creo que es hora de hacer un cambio, hablé con el psiquiatra y me recomendó enviarte a un campamento en Berlín, el dijo que sería útil para que te relajes y trates de salir adelante, el lugar es hermoso pues he visto unas fotografías y me encantaron, es más si tu quieres luego te las puedo mostrar y qué dices mi niña - me dedico una sonrisa

- Digo que acepto ir al campamento, no tengo nada que perder y si te parece hermoso te creo, siempre has tenido buen gusto, si que no necesito ver las fotos, ya que con tu opinión me basta -

- Eso es mi niña, veras que todo se solucionara con el tiempo, te lo prometo - me miro directamente a los ojos y me abrazo.

--------------Será un largo viaje----------------

- No puedo creer que vamos a ir a Berlín, es genial - la desquiciada que dijo aquello es mi única y mejor amiga Jessie, una niña de 1,67 metros de altura, con un %15 de masa corporal, de cabello castaño con reflejos naranjos, ojos verdes y con mucha energía, la idea de llevarla al campamento fue de mi tía, ella dijo que me ayudaría ir con alguna persona de confianza, y quién mejor que Jessie.

- Sí, espero que ir a ese campamento ayude - dije suspirando y doblando ropa para guardarla en la maleta, una que me regalo mí tía justo cuando regresamos a la casa el día que me dieron de alta.

- Ya verás que podrás salir adelante, además ya era hora que tuviéramos un tiempo a solas, desde que te mudaste con tu tía nos hemos visto muy poco, para no decir que nada – se acerco a mí y me dio un zape en la nuca – cómo se te ocurre hacer eso realmente crees que no te extrañaría si no estuvieras, eres una egoísta - yo la mire, sus ojos estaban empañados, señal de que quería llorar.

- Lo lamento, no pensé en ese momento - me acerque y apoye mi cabeza en su hombro, ventajas de ser enana.

En ese momento nos miramos y juntas gritamos a coro “Aquí vamos”.

Altos Y BajosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora