En una extensa sala de baño, con azulejos blancos con adornos floreales, en los muros. Dentro de la bañera, llena de cubos de hielo, una joven desnuda e inconsciente, yacía dentro. Su suave y delicada piel presentaba signos de congelación, pálida como el papel, frío y duro como el hielo, su cuerpo presentaba signos de gangrena, tenía las venas de las muñecas cortadas, se desangraba, la sangre teñía el mojado suelo de las baldosas color blanco perla, cada gota se mezclaba con el transparente líquido. Un camino rojizo se dibujaba en el piso, formando un camino de sangre.
Desde la habitación se escuchaba una leve melodía de una caja de música. Atraída por la relajante melodía, Eloise se disponía a averiguar el origen de la tonada pero sus piernas no le respondían, continuaba en la sala de baño; sus pies se enfriaban con el agua congelada que cubría en su totalidad las baldosas, sintió que una mano le rodeaba el brazo. Nada. ¿Habrá sido su imaginación?
Al levantar la vista para observar a la chica muerta que se había suicidado se encontró frente a ella con un rostro de piel gris y reseca, las cuencas, donde se suponía estaban los ojos, solo eran dos huecos oscuros, con la boca abierta, como si le hubieran roto la mandíbula, emitió un leve gemido de angustia, no había rastro de la nariz, tenía el cabello largo y marañoso, un olor rancio desprendía aquella criatura que alguna vez fue humana.
Eloise despierta atemorizada, su respiración era agitada, respirando bocanas de aire, mira alrededor de su habitación intentando ver algo entre la oscuridad. Estaba acostada en su cama, se tranquiliza al darse cuenta que todo ha sido un mal sueño.
Un joven con capucha y ropa extraña se camuflaba en la oscura habitación, le pregunta.
–¿Qué sucede? Pareces... asustada–. Susurra lo último.
Eloise entra en pánico, se baja de la cama saliendo corriendo de la habitación en dirección a los pasillos donde la luz de la luna le iluminaba el camino. Corrió lo más rápido que podía por los extensos pasillos; de pronto, vio una sombra en el piso que se adelanta a sus pasos. Ella se detiene tastabillando tras parar de pronto. Al final del pasillo la oscuridad era absoluta, aun así, observaba como una oscura sombra se alzaba para devorarla.
Eloise gritaba a todo pulmón, pataleando y lanzando golpes a todo lo que estuviera cerca, mientras su compañera de cuarto la intentaba tranquilizar, agarrándola de las manos para que no le arañara la cara.
–Eloise, Eloise. Despierta. Fue otra pesadilla, así que ¡despierta!
Le da una bofetada con todas sus fuerzas, volteándole la cara.
Eloise sintió el ardor en su mejilla, abriendo los ojos, observo que se encontraba fuera de su cama, se había caído. La luz de la lámpara alumbrara la habitación, las gruesas cortinas color beige cubría los cristales de la ventana, un gran closet de dos puertas, dos camas de plaza y media, con una distancia de un metro que las separaba de una de la otra, y por último, deposito su atención en los ojos azul cobalto de su compañera, preguntando aun adormilada.
–Amber ¿Eres tú?
La rubia se pone en pie, preocupada responde: –Claro que soy yo, estúpida. Me volviste a despertar. Tienes que ir a ver un medico. Tener pesadillas todos los días no es normal.
–Debería de tomar pastillas para dormir–. Comenta Eloise restregando se los ojos y bostezando con cansancio.
Amber se acuesta en su cama, tapándose con la sabana. No se disculparía por haber la golpeado. De todas maneras Eloise a penas sentía el dolor, estaba cabeceando, hasta que se subió arrastrando a su cama y se durmió.
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La Rosa Infernal
ParanormalSoy Prisionera de mi propio Miedo. Soñar con muertos. Esclavizada por esta Sociedad sufriré en Silencio mi Soledad he intentare Escapar para Descubrir la Verdad. Mis Pasos me Traicionaran. Soy un Peligro Mortal. Mi familia no me Ayudara. Nadie se...