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Bueno, como bien lo dice el resumen del fic, este escrito corresponde a la convocatoria #AoKagaDay del grupo AoKaga 5x10 c:

Quise escribir este fanfic que tenía atorado desde hace más de un año, y hasta hoy pude hacer.

El resultado para mí fue el esperado, así que espero que a ustedes también les guste.

Feliz día AoKaga!!!! <3 <3

Advertencias:

-KiseKaga (unilateral)

-Posible OoC

-OC

-Drama

-Angst

-Hurt/Confort

-Mención de hétero.

-Parejas secundarias y menciones: (KuroMomo, MibuHyuu, KiKasa)

-Lemon no explícito.

-Muy extenso (24k palabras D: )

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..::Come back to me::..

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¿Alguna vez has escuchado a esas personas decir que un matrimonio es algo difícil?

O tal vez has escuchado algunas bromas nada lindas en las que las personas se quejan de sus vidas de casados...

Es cierto que compartir una vida de esta forma con otra persona es demasiado difícil. Muchos dicen que la clave está en la comunicación... pero yo pienso, que más que eso, hay otras tantas cosas que juegan un papel muy importante en un matrimonio.

..::..

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Aomine Daiki no sabía por cuánto tiempo aquel matrimonio había estado así, y no le gustaba para nada.

Él se la pasaba trabajando durante el día, como policía, y su esposo trabajaba durante la tarde y noche en la estación de bomberos. Rara vez podía esperar despierto a Kagami, pues éste llegaba a altas horas de la madrugada, y lo único que llegaba a hacer era acostarse en la cama y dormir para su jornada del día siguiente.

Daiki tenía la idea de que los bomberos tenían menos trabajo durante la noche, pero, en un día libre de Taiga, cuando a éste lo llamaron para presentase de emergencia, supo que no era así; pues parecía que los bomberos tenían más trabajo nocturno cuando muchas personas con alto grado de alcohol en sus cuerpos chocaban sus autos imprudentemente.

A las mañanas siguientes, cuando Aomine se iba al trabajo, Kagami estaba profundamente dormido, no quería molestarlo y que el pelirrojo se despertara, así que lo mejor para él era salir de casa, tratando de hacer el menor ruido posible. Y eso era de todos los días.

Aomine en realidad casi no veía a su esposo entre semana, y en fines de semana era la misma historia, con la diferencia de que los domingos Daiki no trabajaba, al menos podía estar durante la mañana con su esposo, pues Kagami, al ser alguien importante en el cuartel de bomberos, era requerido todos los días; el pelirrojo trabajaba unas cuantas horas en domingo, pero aun así, Daiki no estaba a gusto con ello.

No recordaba la última vez en la que él y Kagami habían salido a divertirse o simplemente a jugar a esa cancha de basquetbol, la que solían frecuentar mucho.

Esas salidas habían sido olvidadas gracias al constante cansancio de Kagami; y bueno, Daiki no podía alegar en su contra, pues el pelirrojo trabajaba mucho.

Come back to meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora