Mini Historia IV

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Que pesadilla. Había tenido que dormir solo en la habitación. Illumi jamas se separará de Hisumi en toda la noche. Pero eso no era lo que le molestaba. Entre todo el mar de confusión, lo que más le provocaba insomnio era que tenia que salir por unos días y tendría que dejar a su familia sola.

Ya habia pasado antes, pero el hecho de que Chrollo estuviera vivo no era placentero. Aunque estaba preocupado, por otro lado, sabía que si Illumi viera a Chrollo no dudaría en matarlo. Desataria toda su ira y destruiría todo a su paso.

Eso sería muy excitante de ver.

A la mañana siguiente antes de irse, le dijo a Illumi que no hiciera las cosas sin pensar primero. Luego fue donde Hisumi y lo reprendió por meter extraños a la casa. Le esperaba un buen castigo cuando volviera. El ambiente de familia aun se le sentaba extraño. Hace unos años era alguien libre y ahora tenia personas a las cuales proteger. No habia cambiado mucho. Seguia siendo el mismo de siempre, con las mismas misiones y el mismo encanto. Lo mismo iba para Illumi. La única diferencia entre ellos era esa cosita mas poderosa y picarona que abrazaba a Illumi cuando podia para ponerlo celoso.

Cuando Hisoka se marcho, Hisumi miró a Illumi. Esperaba una paliza por lo sucedido anoche y claro que la recibió. La manera en que Illumi habia sido educado era una de las peores.

Horas mas tarde mientras Hisumi estaba en su cuarto, se le ocurrió una idea. El no tener amigos era algo agobiante. Hisoka regresaría en unos días asi que podia invitar a Yuuji sin que él lo notara. El problema era Illumi. ¿Cómo hacer para que Illumi no dijera nada? Sus ojos brillaron con alegría. Una situación tan riesgoza era encantadora. Se abrazo a si mismo y salto de la cama a su caja de juguetes. Buscaba algo que llevaba perfeccionando por un tiempo. Una hermosa, larga y perfecta aguja.

Según lo que habia aprendido, habian muchos tipos de agujas, para transformar, controlar, asesinar, normales, etc etc etc pero ésta, era una de esas para tener un coma inducido. Hacer dormir a una persona hasta que la aguja sea removida.

Hacerle eso a su propio padre sería caer muy bajo. Pero nunca había sido un santo, más aún, si era hijo de esas dos personas. ¿Pero como incrustar esa aguja en alguien especialista en el asunto?

Espero hasta la tarde, cuando Illumi estuvo en la cama hablando con él sobre el peligro que pudo haber pasado al dejar entrar a alguien sin permiso. Un tema llevo al otro hasta que...:- ¿Y si mejor tienes un hermano menor y no amigos?- Las palabras de Illumi confundieron a Hisumi. Se quedo en silencio, procesando lo escuchado hasta que finalmente respondió:-No quiero un hermano menor ☆- No fue lo que Illumi esperaba escuchar:-¡Si hay otro niño aqui, tú lo querras mas a él que a mi!- Sus ojos se llenaron de lagrimas y sus mejillas se enrojecieron:- Prefiero que tengas hermanos y no amigos. Además, no tengo favoritos con respecto a hijos- Seco las lagrimas de Hisumi, odiaba verlo llorar, era muy duro con él pero casi siempre se le pasaba la mano al concentirlo.

Illumi lo abrazo fuerte, esa era su parte favorita del día. Sonrió y froto su suave rostro con las mejillas de Hisumi. De repente sintió algo, un objeto delgado y frío. Una aguja que fue incrustada en su cuello. Llevo su mano rápido al lugar del dolor pero no pudo encontrar nada. Lo último que vio fue a Hisumi saltar en la cama.

Illumi estaba dormido. Hisumi se aseguró de que no estuviera fingiendo. A decir verdad, era la primera vez que lo miraba dormir.

Sonrió macabramente al pensar en todas las cosas que haría estando solo.

Agujas de Colores 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora