¿Locura?...tal vez sólo amor

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Cogí el viejo paraguas de mi abuelo, era amarillo. Pero con el tiempo se ha ido estropeando y mi madre se niega a tirarlo, por la fuente de recuerdos que te explota en la cara cuando lo ves.
En cierto modo lo comprendo, pues a Joly, como a cualquier mujer, se le cae el cabello, y yo; ese maravilloso día lo recogí...uno de sus dorados cabellos ondulantes y perfectos. Tardé más de una hora en encontrarlo, pero valió la pena. Tras llegar q casa ese día, guardé mi tesoro en un frasco de cristal opaco. Cada vez que voy a dormir, saco el cabello, lo beso, e intento oler la fragancia de Joly...pero en tal pequeña muestra no se puede apreciar la magnificencia de su perfume. Aún espero el día en el que pueda oler su cabellera por la noche y despertarme por el día con un fresco olor a rosas y lavanda.
Al salir de la casa, fui por el atajo que lleva a la plaza del pueblo, donde hay una gran fuente de mármol, con estatuas de ángeles.
La confitería se encontraba justo enfrente de ésta, y, al llegar allí, me senté en la silla de espera, pues la cola de personas que iban a comprar dulces, no era como para quedarse esperando de pie.
De todas formas, era perfecto, pues la silla estaba al lado del gran ventanal de la pastelería. Así podría ver a Joly cuando fuese a la fuente a esperar el autobús que le llevará a su casa.

Dime...¿alguna vez, has sentido que tu corazón dejara de latir?
¿O que tu mente se nublase y no podías casi respirar?
No, sería muy improbable que eso pasase cuando ves a una chica. Pero ella no es cualquier chica, ella es Joly. En realidad, no tiene nombre, ni siquiera la conozco, pero una chica tan hermosa necesita un nombre...aunque sea sólo de mentira.
Yo sólo espero no quedarme mirándola otra vez y no decirle que ella es la causa de mi existencia cuando la vuelva a ver en aquel lugar

Ese día, llovió más que ninguno, normalmente en Nertaru, mi pueblo natal, no llueve más de cuatro gotas al año.
Ese día mi madre me mandó a la confitería a comprar algunos pasteles y dulces, para que ella pudiese tener una agradable velada con mis tías de Tolyter.
Mi madre realmente insistió en que mi hermana me acompañase, pero es demasiado pequeña como para entender la sutil y delicada relación que mantenemos mi adorada y yo.
-No mamá, está bien, con suerte veré a Joly y ella me acompañará a casa.- me despedí de ella con un gesto de la mano y una sonrisa tierna y enternecedora.
Mi madre nunca supo de la existencia de Joly, a ella le resultaba extraño cuando hablaba de ella, pues en un pueblo tan pequeño todos se conocen, pero Joly viene de un pueblo lejano, porque a ella le gusta la lluvia de nuestro pueblo, y no la de otros. Joly es genial, pero mi madre no la conocerá, ella sólo querrá conocerme a mí, y a nadie más...cuando llegue el momento.

La Chica Del Paraguas NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora