Nuestra noche

6 0 0
                                    

Cogí el viejo paraguas de mi abuelo, era amarillo. Pero con el tiempo se ha ido estropeando y mi madre se niega a tirarlo, por la fuente de recuerdos que te explota en la cara cuando lo ves.
En cierto modo lo comprendo, pues a Joly, como a cualquier mujer, se le cae el cabello, y yo; ese maravilloso día lo recogí...uno de sus dorados cabellos ondulantes y perfectos. Tardé más de una hora en encontrarlo, pero valió la pena. Tras llegar q casa ese día, guardé mi tesoro en un frasco de cristal opaco. Cada vez que voy a dormir, saco el cabello, lo beso, e intento oler la fragancia de Joly...pero en tal pequeña muestra no se puede apreciar la magnificencia de su perfume. Aún espero el día en el que pueda oler su cabellera por la noche y despertarme por el día con un fresco olor a rosas y lavanda.
Al salir de la casa, fui por el atajo que lleva a la plaza del pueblo, donde hay una gran fuente de mármol, con estatuas de ángeles.
La confitería se encontraba justo enfrente de ésta, y, al llegar allí, me senté en la silla de espera, pues la cola de personas que iban a comprar dulces, no era como para quedarse esperando de pie.
De todas formas, era perfecto, pues la silla estaba al lado del gran ventanal de la pastelería. Así podría ver a Joly cuando fuese a la fuente a esperar el autobús que le llevará a su casa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 12, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

La Chica Del Paraguas NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora