Es irónico, ¿no? Que la persona que menos creíste que te haría sentir mal, sea quien te haga sentir mal.
No, más bien, que hayan tenido un desacuerdo y se hayan hecho mal mutuo. Si, eso queda mejor.
Nuevamente, aquí estoy, solo en la oscuridad de mi habitación, escuchando la lluvia caer del cielo. Pareciera que las nubes tuvieran compasión de mi y no quisieran dejarme llorar solo, como si no quisieran verme sufrir solo.
Mi corazón no soporta ya tanto dolor, mi alma está rota de nuevo. Es patético que un ser humano haya caído tantas veces en el mismo agujero y, sin embargo, siga cayendo nuevamente. Algo que solo los humanos cometen. Torturarse.
El dolor en mi cabeza no es nada comparado con el dolor en mi corazón, como si el dolor hubiera crecido mucho más y hubiera casi consumido por completo mi cuerpo, dejando solo oscuridad.
Una oscuridad inmensa que ninguna luz puede iluminar, un vacío que nada puede llenar...
Uno viene al mundo solo, vive solo y termina yéndose solo. Patético.
Por eso... A veces, es mejor no depender de nadie. Ser solo uno, o a veces es mejor... Dejar de existir.
