Mi vida sin ti

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Antes de comenzar este viaje quisiera agradecerte por leerme, este es mi primer fic, cuando comencé a leer dramione no estaba totalmente de acuerdo pues tenia la idea de que si se continuaba la historia se debería ser fiel a lo escrito por JK, sin embargo Draco me enamoro profundamente y he leído casi todos los dramiones habidos en wattpad, pero al agotar mi fuente y al estar molesta por autoras que dejan de escribir de un momento a otro he decidido escribir mi propio fic, quizás no es perfecto pero espero que les agrade.
Con cariño, Aileen

Se encontraba en su oficina, en el último piso de un enorme edificio en el centro de Londres, su escritorio repleto de papeles y en su pálida mano un vaso de whisky de fuego, mientras que en la otra sostenía un marco de plata adornado con serpientes, en el se reflejaban tres personas, un hombre alto, rubio platino, con una espalda ancha y porte aristocrático, una mujer igualmente elegante con un cabello negro, tan negro como la noche, pero lo mas hermoso de aquella fotografía era el pequeño que sonreía en medio de ambos, con sus impresionantes ojos grises y su cabello rubio y lacio, era una pequeña copia de su padre a su edad y la adoración de su madre y abuela, el orgullo de su padre y su razón de vivir: su pequeño Scorpious.
La vida había sido algo complicada para el gran Draco Malfoy, a pesar de no haber pisado Azkaban, y haberse casado con una mujer hermosa, sangre pura y muy rica, y de dirigir actualmente empresas enormes e importantes tanto en el mundo mágico como en el muggle, su vida era triste, su padre estaba en prisión, con una condena muy larga que esperaban reducir por buen comportamiento, además su ahora amigo Potter se había ofrecido a testificar a su favor en la próxima audiencia. Pero su esposa, su gran amiga, su compañera y confidente Astoria hacia dos años que había muerto por una enfermedad que los medimagos no podían curar y aunque los muggles habían hecho avances con su tecnología los Greengras no aceptaron que la viera un médico muggle, así que falleció al poco de detectar el tumor llamado cáncer.
Tanto el como Scorp estaban devastados, había tantos sueños que no se cumplirían y ella jamás podría ver a su hijo crecer... Todo esto estaba en la mente del rubio, pero había algo mas que le perturbaba en esta ocasión, dejo el marco en su escritorio y tomo en sus manos la invitacion, observando fijamente el pedazo de pergamino en sus dedos mientras su mente viajaba a otra época.
Cada año el Ministerio de Magia ofrecía un gran baile para recaudar fondos para diversas causas, en un principio se usaban los fondos para la reconstrucción de Hoawgards, y cuando este estuvo totalmente reparado se decidió utilizar los recursos en otras áreas, uno de los principales invitados era Draco, sin embargo el solamente enviaba un cheque con una gran suma, pero por ningún motivo asistía, todos desconocían las razones por las que el rubio se mantenía apartado del Ministerio y todo lo que este involucrara, todos, salvo cierta castaña.
El rubio regreso su mente al presente y sonrío, era tiempo de volver a verla, era tiempo de volver a declarar su amor, está vez no habría nada ni nadie que se interpusiera entre el amor de su vida y el.
Así que llamo a su secretaria y pidió que cancelara todas su citas y reuniones, debía ir a comprar un traje nuevo, debía verse radiante, no es que no lo fuera, por favor el era Draco Malfoy, príncipe de Slytherin.

En una oficina mas pequeña y modesta, pero con un excelente gusto, se encontraba una castaña hermosa, su cabello antes indomable ahora estaba atado en un perfecto moño con algunos rizos sueltos enmarcando su bello rostro, no usaba mucho maquillaje, su belleza era algo natural y su vestido sencillo pero elegante.
La vida había sido buena con la única chica del trío de oro, se había casado con el menor de los Weasley y había tenido dos hermosos hijos, Rose, la mayor de 14 años y Hugo de 13, tenia el trabajo de sus sueños en el Ministerio de Magia como Subsecretaria del Ministro y su brazo derecho, además de ser miembro del Wizengamot. Sin embargo hacia un año que su familia sufrió una terrible perdida, su esposo, su amado Ronald había fallecido en una misión del departamento de aurores, en ese momento sintió que el mundo se paralizaba y que todo perdía el sentido, pues aunque nunca pudo amar a Ron como el la amaba o como ella amaba a ese chico prohibido, Ron era su amigo, su confidente, su compañero, y con los años le tomo mas cariño y además era el padre de sus hijos, y un excelente padre a decir verdad. Pero el destino era así, caprichoso, inentendible, algunas veces da y otras quita, y aunque parezca que nada tiene sentido al final el destino hace que todas las piezas encajen en el lugar apropiado.
-Pero basta de pensamientos profundos y tristes- pensó la castaña. Había tanto que hacer, tanto que organizar, y tan poco tiempo. Esa noche se celebraría el baile anual del Ministerio y era su deber vigilar que todo estuviera listo y en perfecto orden, además un tenia que ir a casa y arreglarse para lucir hermosa, así que con ese pensamiento dio las ultimas instrucciones a sus asistentes y se marchó por red flu a casa.

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