_____ estaba en la cocina abriendo el vino, cuando oyó a Harry entrar y cerrar la puerta principal. Había estado discutiendo consigo misma desde que regresó de su casa, perdiendo siempre. Apenas podía recordar lo que le había dicho, estaba demasiado distraída mirándolo. Todo en él era atractivo, en el pecho gotas de agua todavía se veían. Debajo se perfilaban duros músculos, así como en sus brazos y en lo que había podido ver de su abdomen. No se podía negar el calor que desprendían esos ojos verdes cuando abrió la puerta y la había visto. O la forma en que la toalla hacía una tienda de campaña al levantarse su polla. Había sentido humedecerse su cálido y oscuro refugio mientras estuvo allí de pie. Y sin vello, la sensación era diez veces más estimulante, creando un profundo latido en su corazón. Debatió la posibilidad de ocultar la bolsa de juguetes de las Delicias de Diana, pero dejarla allí era una gran pista sobre mis intenciones. Esperaría su reacción. "Hola". Levantó la vista para verle en la puerta, el pecho todavía desnudo, pantalones vaqueros colgando bajos en las caderas. Se le hizo la boca agua. "Hola a ti también." Le sirvió una copa de vino. "Espero que te guste el Chardonnay, es lo que suelo comprar. " "Está bien." Al tomar la copa que le ofrecía y rozarse los dedos, a _______ le pareció ver chispas en el aire. Tomó un sorbo de su copa e intentó que no le temblaran las manos. "_____?" "¿Sí?" Al mirarle, la sonrisa que vio en su rostro le provocó mariposas en el estómago. Él cogió la copa de sus dedos, y dejó ambas sobre el mostrador. "No creo que pueda esperar un minuto más para darte un beso. Ven aquí." La tomó en sus brazos, y sus labios bajaron sobre los de ella, a un ritmo suave, jugando sobre ellos. Había esperado algo duro y contundente, pero esto... esto era como una pluma rozando su piel, lo que le hizo temblar las rodillas. Luego succionó el labio inferior en su boca, deslizando su lengua sobre él, y una bola de fuego recorrió cada esquina de su boca. Empujo su lengua, atrayéndola a su propio calor, mordisqueándole la punta, retorciendo la lengua a su alrededor. Y mientras la sostenía firmemente, tomó plena posesión de su boca. Parecía como si estuviera follándole la boca con la lengua. Respirar se hizo imposible, pero ella no quería que se detuviera. Notó el grosor de su pene a través del vaquero al apretarse contra su vientre. Dámelo, quería gritar ella. Ahora mismo. Al levantar la cabeza, tenía la respiración tan entrecortada como la suya. "Eres muy caliente para venir en un paquete tan pequeño, mujer. " "Si tú lo dices", suspiró ella. Deslizó las manos por sus hombros, los brazos y las solapas de la ligera bata, aprovechando para separarlas. Inclinando la cabeza, pasó la lengua por la parte superior de sus pechos, acariciándolos suavemente, hasta que ella pensó que iba a morirse de necesidad. Al mirarle de nuevo, encontró una cálida sonrisa en su rostro. "¿Quién hubiera creído que _____ Michaels iba a ser un pequeño paquete tan caliente y tentador?" ¿Tentadora? ¿Ella? Estaba acostumbrada a que los hombres criticaran el tamaño de sus pechos y la forma de su culo. "G-gracias." Deslizó sus manos hacia delante, para coger sus pezones entre los dedos índice y pulgar, para frotar con un movimiento perezoso, tirando a la vez suavemente de ellos. "Así que dime, _______, ¿por qué has elegido pasar tus cumpleaños conmigo y exactamente qué tienes en mente?" Dios, esto iba a ser tan embarazoso. ¿Debería decírselo? ¿Esforzarse? ¿Ser tímida? ¿Atrevida? Se mordió el labio inferior y tomó su copa, bebiendo la mitad. "Hey, _____." Harry le quitó la copa. "No te emborraches ahora que acabo de llegar", bromeó. "O al menos, no hasta que respondas mi pregunta." "¿Harry, me encuentras atractiva sexualmente?" ¿Oh, Dios, había dicho eso realmente? Harry la miró, fríamente, no salió ningún sonido de su boca. Ella se apartó de él. "No importa, está bien. Quizás todo esto es un gran error." Trató de pasar junto a él hacia la sala de estar, pero rápidamente fue interceptada. "¿Un error? No lo creo. Simplemente me ha sorprendido la pregunta." La giró para hacerle frente, y pudo ver la lujuria brillando en los ojos verdosos. "He querido follar contigo desde el primer día que te vi. He tenido más sueños húmedos en los últimos seis meses que los que tuve cuando estaba en secundaria. Únicamente he de mirarte, y se me pone dura". "Pero nunca..." "No me ha parecido que te faltase compañía masculina. Pensé que si realmente estuvieras interesada levantarías una ceja o moverías tu lindo culo". Sus manos le sostenían los brazos, los ojos verdes la sondeaban, mientras su deliciosa boca flotaba a unos centímetros de distancia. Entonces miró por encima del hombro y se quedó inmóvil. "Q-¿Qué es eso?" "¿Qué te pasa? " Volvió la cabeza y lo vio mirando la bolsa de las Delicias de Diana. Una lenta sonrisa asomo a su rostro. "Bien, bien, bien. ¿Qué tenemos aquí?" En dos zancadas estaba sobre la bolsa, abriéndola y volcando su contenido sobre la mesa. "_________, no creí que pudieras sorprenderme más, pero he de decir que lo has conseguido. " Ella intentó alejarlo de sus manos. "Escucha, Yo..." Él puso la bolsa fuera de su alcance, con los ojos llenos de malicia. "Muy bien, estupendo. ¿Por qué no me dices qué está pasando realmente aquí? Y no palabrería, ¿de acuerdo? " _______ se dejó caer en el sofá y se quedó mirando las manos en su regazo. Podía sentir el calor sobre la cara. "Los compré para celebrar mi cumpleaños. He estado tratando de encontrar al hombre adecuado con quien hacer...cosas... durante meses. Para ayudarme a vivir mis fantasías. Estoy cansada de que los tíos piensen en mí como Miss Goody Two Shoes". El sofá se hundió cuando Harry se sentó junto a ella. "Así que vamos a ver si lo entiendo. ¿De verdad quieres hacer todo esto, utilizar todas estas cosas? Supongo que los plug anales son para ayudarte, para ser follada por el culo". ______ asintió con la cabeza, incapaz de mirarlo. ¿Ya pensaba que era una especie de gilipollas? "¿Y cómo se te ocurrió elegirme? ¿Porque vivo al lado?" Se mordió el labio. Ya puestos, podía decirlo todo claramente. Así se iría a su casa a reírse, y ella podría esconderse debajo de las sábanas. "P-Porque he estado soñando contigo durante meses. Y-y sobre hacer estas cosas contigo. Y mi amiga, Diana, dijo que yo debería preguntarte." "Recuérdame que le dé a Diana las gracias por el regalo", dijo en voz baja. La levantó y la sentó en sobre su regazo, apoyando la cabeza sobre su hombro mientras le desataba el cinturón de la bata. "_______, no tienes idea de lo mucho que deseo hacer esto contigo. Nunca creí que estarías, que... esto... " "¿En este tipo de cosas?" "Bueno, sí. Si lo hubiera sabido, me habrías visto tirar la puerta abajo para llegar a ti." La besó en la frente, las mejillas, la nariz, finalmente, besando ligeramente sus labios. "Entonces, ¿qué te parece empezar con la celebración de tu cumpleaños?" Antes de que pudiera dar voz a más dudas, se apoderó de su boca otra vez, barriendo su interior con la lengua y lamiendo cada zona de la suave piel. Empujó sus piernas, separándoselas, deslizando su mano hacia arriba y hacia abajo sobre la suave piel de sus muslos internos antes de tocar el húmedo coño. "Ay, cariño." Él rompió el beso, respirando pesadamente. "Un pequeño coño depilado. Dios mío, se siente como la seda. _______, eres un sueño húmedo andante." Mientras hablaba, movía un dedo hacia arriba y abajo por sus labios a lo largo de la ranura, empujando un poco entre los pliegues, en busca de la punta de su clítoris. "¿Sabes lo que voy a hacerle a este tentador coño?" Ella sacudió la cabeza. "Mírame", le ordenó, aunque todavía en voz baja. Ella alzó los ojos para encontrarse con su mirada. "En primer lugar, te voy a tumbar en la cama con las piernas lo más separadas posible. Después, voy a abrir estos pequeños suaves labios y voy a saciarme con cada centímetro de los agradables, húmedos y resbaladizos recovecos de tu vagina. Conseguiré sacar ese pequeño clítoris de su escondite, para poder hacerle cosquillas con la punta de la lengua. A continuación, voy a follarte con los dedos, luego con mi boca, y después con esos vibradores de lujo que has comprado. Para, finalmente, meterte la polla, y follarte hasta ver que te corres de mil maneras distintas. Y vas a hacer todo lo que te diga, ¿verdad? " Ella asintió con la cabeza. "Dime. Déjame oírte decirlo". Deslizó dos dedos en el coño, buscando el húmedo agujero que lo esperaba. "Di las palabras, y yo te follaré de tantas maneras que no sabrás cuál te gusta más." Ella tuvo que tragar dos veces antes de hablar. Todo lo que podía sentir eran sus dedos entrando y saliendo de su vagina, frotando la carne blanda, la flexión contra las paredes vaginales. "Sí. Todo. Hare todo lo que me digas." "Buena chica. Eso es lo que quería oír. Te prometo que disfrutarás cada minuto." Él acercó su boca a su oído y le lamió la oreja con la punta de la lengua, enviando escalofríos a través de ella. "Y por último, ¿sabes lo que voy a hacer?" "No." Un calor oscuro la atravesó, y se derramo sobre sus dedos. "¿Qué?" "Voy a esposarte a la cama, levantar ese lindo culo en el aire, y follarte hasta que te corras, gritando mi nombre." Al oír eso, se ciñó sobre sus dedos y se inundó con más crema. "Dios, ______, eres la cosa más caliente que nunca haya tocado." Sacó la mano de su coño, empapada por sus jugos y pintó sus pezones con el líquido. Luego los lamió hasta que los hubo limpiado, chupado y llenado de mordiscos. Cada nervio en su cuerpo vibraba, y su centro palpitante estaba tan caliente que pensó que se incendiaría desde adentro. Harry apartó la bata, la puso de pie y le dio la vuelta. "Inclínate hacia delante, dulzura. Quiero verlo todo. Quiero ver cada pedacito de ti. Haz lo que te digo", dijo él. ¿Y no era eso lo que quería ella también? Lentamente, se inclinó hasta tocar el suelo con las manos, separando los muslos para darle acceso completo a ella. Suavemente, separó sus labios con los pulgares, haciéndola notar el aire frío en su abierta vagina. Harry la oyó aspirar una bocanada de aire. "Precioso. Simplemente fantástico. Dios mío." Deslizó un dedo en ella, sólo brevemente, y luego sintió sus manos separando los cachetes de su culo. Apretó la yema del pulgar contra el apretado anillo de su ano. Ella se estremeció con una repentina ola de lujuria. "¿Te gusta eso, dulzura? Te va a gustar mucho más antes de que terminemos. Ahora, estate así un minuto. He visto algo en esa bolsa que necesito alcanzar." _____ cerró los ojos, esperando, preguntándose qué estaba buscando. Entonces Harry fue detrás de ella. "¿Recomienda Diana estas pequeñas bolitas? He oído hablar de ellas y nunca he tenido la oportunidad de usarlas. Otra cosa que voy a tener que agradecerle." "Sí". ______ estaba sin aliento por la anticipación. "Bien, porque pienso que realmente van a calentar ese pequeño coño." Sentía dos dedos extendiéndola otra vez, y a la vez, Harry se deslizó las bolas en la vagina, empujándolas en la medida de lo que pudo. "Bueno, dulzura. Ponte de pie y caminar por la habitación para mí." ________ se apartó y comenzó a moverse. Una sensación de calor tiro a través de ella, y antes de que ella hubiese dado más de media docena de pasos, ya estaba al borde de la necesidad. Dios mío, Diana no le había avisado suficiente sobre esto. La estimulación iba más allá de lo que jamás había sentido. "Eso es, dulzura. Dime cómo se siente." Su voz era baja y espesa por el deseo. "arde", susurró. "¿Dónde? Dime dónde, y yo te haré sentir mucho mejor." Se acercó por detrás y metió las manos bajo sus pechos, frotando los pezones como lo había hecho antes, apretándolos ligeramente. "Todo mi interior. Oh, Dios, Harry, me hace sentir caliente por dentro y por fuera." Inclinó su boca hasta la oreja. "¿Siente tu dulce coño como si quisiera ser follado?" "Sí. Sí. Quiere que lo follen." "Y así será, dulzura. Largo y duro. Pero vamos a hacer un montón de otras cosas, en primer lugar, todas esas cosas que te has estado imaginando." Él le dio la vuelta y la besó, duro y profundo. "Feliz cumpleaños, _______ Michaels. Estoy seguro que voy a disfrutar celebrarlo contigo. "