La chica de ensaladas, ¿yo?

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Cuando llegamos a mi casa cojo agua oxigenada y un trozo de algodón y le curo la herida que tiene en el labio inferior, por culpa del primer puñetazo. Mientras le curo la herida, no para de mirarme fijamente.

-¿Porqué me ha pegado?- pregunta rompiendo el silencio.

-A sido mi culpa, lo siento, yo... yo le he dicho que nos habíamos acostado, se lo he dicho para darle celos, porque... porque él me ha engañado.- digo tartamudeando como una idiota.

- No te preocupes, por lo menos estoy contigo- dice riendo . 

Sonrío, que guapo es, si le beso ¿sería raro?. El respondiendo a mi pregunta se acerca lentamente y me besa.

-¡Ay!- susurra apartándose de mi boca, le he dado en la herida del labio.

- Mierda, lo siento- digo mientras le sigo curando la herida.

- ¿Comes conmigo?, si te apetece, si quieres...- dice sonriendo, mientras que me rio.

Ya se me había olvidado que es la hora de comer, con toda la mañanita que me han dado estos dos. 

- Claro- digo sonriendo.

-Pues dentro de una hora te recojo para ir al sitio que tu elijas- dice mientras que se levanta.

-Pues tengo un hambre... al Mcdonals- digo gritando.

- Al Mcdonals, ¿tú?, pensaba que eras la típica chica de ensaladas- critica.

- Y lo soy solo que me muero de hambre y he estado sin comer una hamburguesa desde hace dos años, porque a Nick no le gustaban- digo mirando al suelo.


Elisabeth Norton  (EDITANDO...)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora