Prólogo

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Me sentía  enferma. Los labios completamente secos, mis párpados pesados tan pesados como el concreto,mi garganta seca, parecía que hubiera tragado cemento, los ojos me picaban y mi cuerpo totalmente adolorido, todavía no me acostumbraba a la luz, no podía divisar mas que sombras, solo escuchaba unos murmullos de voces familiares.

¡Oh mi Dios!  Es...¡ESTA DESPERTANDO!- Grito una voz que me era muy conocida.

 No sé como llegue a un hospital, solo sé que algo me hacía falta, que no estaba completa ... pero no recordaba que era.

Abrí los ojos poco a poco, al principio solo pude ver unas luces tenues pero después todo se fue aclarando y lo primero que vi fue el rostro de esa mujer que amaba con toda mi alma y la que siempre ha estado a mi lado, la que me ha sostenido en todo momento y que ha llorado conmigo, esa mujer que tanto amo, mi madre. Exactamente no era mi madre era mi abuela pero no la consideraba como tal, para mí siempre será mi madre y punto.

Mi corazón, hija mía ...  - Dijo entre sollozos . todavía no podía comprender lo que pasaba, no recordaba nada.  

Su rostro lleno de lágrimas se encontraba y una sensación de culpa invadió mi pecho, ella lloraba por mí, no se que habría ocurrido pero sabía que ese rostro afligido, lleno de preocupación era a causa mía.

Gracias Dios, estás bien, gracias mi señor gracias - decía repetidamente  agradeciendo pero  agradeciendo ¿De qué?. Mi cabeza estaba revuelta , me dolía , no podía pensar con claridad.

Madre... ¿ Qué ha pasado?- Pregunté con un poco de miedo a su respuesta.- Por ahora no te preocupes cariño, todo estará bien. No te preocupes ¿si?- suplico con un hilo de voz que me dejo más intranquila pero no lo demostré no quería que se preocupara más de lo que ya estaba. 

Asentí con la cabeza, y la miré con mucho amor, necesitaba un abrazo, al parecer comprendió mi mensaje y me abrazó, aunque mis brazos pesaban como si tuviera un quintal de arroz en cada uno eso no me me impidió para abrazarla con fuerza... con mucha fuerza y ella también me abrazo igual o más fuerte, las dos necesitábamos un abrazo,unas lágrimas se me escaparon  y resbalaron sobre mis mejillas humedeciéndolas. Por unos largos minutos nos quedamos en esta posición pero ya luego nos separamos, ella me acarició el rostro y me miro con amor... un amor tan grande que me llenó de felicidad convirtiendo las lágrimas de tristeza en lágrimas de alegría , de alegría de tener a ese ser tan hermoso junto a mi.

Ya vengo voy hablar con el doctor para que te revise mi amor -  dijo y me dio un cálido beso en la frente.

Observé el lugar, no me había percatado de lo acogedor que era, aunque nunca me han gustado los hospitales este parecía ser no tan tétrico y monótono que otros. Las paredes de la habitación eran de color lila muy bajito de tonalidad, un ventanal se encontraba frente a mi, era de noche se podía divisar la oscuridad y las miles de luces provenientes de los departamentos de los edificios de esta gran ciudad.

 Mi madre , mi hermana y yo vivíamos en Guayaquil , una ciudad llena de vida, llena de gente amable y trabajadora.

 Ecuador de por sí era un país lleno de fantasía, lleno de cosas maravillosas como el tren Ecuador, una de las grandes obras de El General Eloy Alfaro durante su mandato y que en los últimos años ha vuelto a su circulación brindándoles a sus  pasajeros experiencia inolvidables  y  hermosas.

El archipiélagos de Galápagos es otras de sus maravillas que encanta a millones de extranjeros, los deslumbra a tal punto que se quedan aquí en mi hermosos país, cuidándolo y apoyando en su desarrollo como si de su tierra natal se tratara.

La puerta se abrió , esta se encontraba en lado derecho, diagonal a donde yo reposaba. Un señor de edad avanzada se acercó  y me dedicó una sonrisa.

Buenas Noches- saludó muy educadamente - Buenas Noches  doctor.- respondí cordialmente. Mi madre estaba detrás de él observándome.-  Que bien que ya hayas despertado, su madre estaba demasiado angustiada, estuvo aquí, todos los días. No hubo un día que ella no estuviera aquí cuidándola.

No entendía lo que me estaba diciendo,y fue ahí en ese momento cuando las  pregunta me carcomieron la cabeza ¿Cuánto tiempo estuve aquí?¿Qué me sucedió?¿Que hacía aquí?.

Disculpé pero no entiendo¿Qué me pasó?¿Cuánto tiempo estuve aquí?- pregunté al doctor casi rogué por las repuestas que no tenía y que ellos sí.

Mi niña no te preocupes.-Intervino mi madre, algo me ocultaba y quería saberlo.-No madre quiero saber lo que me pasó- dije mirándola fijamente sabía que no me podía ocultar la verdad.-Dígame doctor...Por favor se lo suplico- una lágrima calló sobre mi mejilla y así muchas más.  El señor miró a mi madre como pidiéndole permiso para contarme eso... eso que era grave. Mi madre asintió y el doctor me miro con lástima cosa que nunca me ha gustado, odio que me miren así, no pido lástima solo la verdad y cualquiera que sea la necesito ya.

Señorita usted sufrió un fatídico accidente donde perdió a su bebé.-lágrima tras otra resbalaban por mis mejillas cual cascada, el dolor era inmenso,mi corazón dejó de latir y la sangre por mis venas dejó de bombear, ya lo recordaba todo... el trabajo , la bodega , todas esa caja que cayendo sobre mí como rocas y que acabaron con la vida de ese ser que amaba y amo con todas mis fuerzas.

Desde aquel día usted ha estado aquí, exactamente 3 años- Prosiguió el doctor.Mi cuerpo dolía , mi corazón dolía, y la lágrimas no cesaban, sentía mi cuerpo desfallecer, mi madre corrió a abrazarme y yo la abrace , lo necesitaba, ella también lloraba muy fuerte. Después de unos minutos me dejaron sola , necesitaba estar sola y llorar libremente. 

No paraba de llorar, el solo pensar que ese pedacito de mí se ha ido y ha dejado un vació demasiado grande  que incluso ya no me siento viva...ya ... ya no quiero vivir porque ese ser ya no está conmigo.

Ya no esta conmigo...












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