Beis

8.5K 1.4K 732
                                    


Me encantaba tocar a Tae, siempre me gustó poder sujetarle de su estrecha cintura y colocarle sobre mí en el sofá, acariciarle y comenzar a desvestirle, tomándonos nuestro tiempo, pues el piso era únicamente nuestro y nadie nos metía prisa. Cualquiera diría que nuestra primera vez fue en aquel sofá tan cómodo en el que solíamos pasar las tardes, y probablemente lo hubiera sido si no fuera por la inorportuna adquisición que tuvo Taehyung en esa época.

Un hámster chino.

Sí, un adorable y enano roedor de tono beis con la inaguantable habilidad de llamar la atención de mi novio en los momentos más inoportunos, dígase de los más comprometedores, calientes y subidos de tono.

- ¡A-ah, joder...

- Dices que pare, pero a ti también te gusta cuando me muevo así... –siguió restregándose contra mi erección, aún guardada en mis vaqueros. Él en cambio estaba únicamente en bóxers, y ya podía apreciarse el bulto bajo estos, era una imagen tan morbosa que podría haberme venido solo viéndole. – Ho-hobi mentiroso...

- Taehyung, levántate, voy a quitarme los vaqueros.

- ¿Quieres que te la chupe?

- No bebé, hoy vamos a hacer algo diferente –respondí relamiéndome, ya con las manos en mi cremallera, ansioso por llegar al final con el castaño. Pero de nuevo, antes de poderme colocar otra vez sobre Taehyung, ahora estando ambos en ropa interior, se escuchó aquel sonido que siempre interrumpía mi entrada al paraíso.

- ¿Es Tabi? –sí, había unido mi apodo y su nombre para formar el del maldito ratón entrometido. Se puso en pie y levantó una ceja con expresión desconcertada, haciendo silencio para escuchar mejor los insistentes chillidos del roedor. – ¡Es Tabi!

- Quizás el vecino se compró otro igual y no es Tabi –me excusé débilmente, haciéndome a la idea de que de nuevo hoy no lo haríamos.

- Es Tabi, está llorando, Hobi...

- Los ratones no lloran, por dios.

- ¡Tú lloras, ellos lloran, estúpido! –exclamó antes de ir desesperadamente a por el animal que parecía haber tomado como hijo. Yo rodé los ojos, suspiré, y también me puse en pie para seguirle hasta el cuarto donde teníamos la enorme jaula para el maldito hámster. Cuando llegué estaba con el ratón en las manos, acunándole de la misma forma que si fuera un bebé. Me habría resultado tierno si no fuera porque yo aún seguía cachondo, y Taehyung a medio vestir. – Ya pasó, ya estoy aquí, tranquilo Tabi...

- Ni siquiera se llama así.

- ¿Es mejor Kookie o Tabi?

- Que más da, seguro que puedo llamarle ahora "bola asquerosa" y ni nota el cambio –me encogí de hombros y aparté la vista cuando vi la forma en la que me miró Tae, casi acribillándome. No era mi culpa odiar al ratón, de hecho en realidad no lo odiaba yo, sino mi pene. – ¿Cuándo decías que se lo devolvías a tu amigo?

- En dos semanas.

- ¿TANTO?

- Jungkook no puede enterarse antes, Hobi, y si Tabi se quedara en casa de Jimin, seguro que lo descubriría.

- ¿Jimin sabe que le has cambiado el nombre al bicho ese?

- No, pero me da igual, Tabi le queda mejor, además, podríam...

- No nos lo vamos a quedar, Tae.

- ¿POR QUÉÉÉÉ? –Y ahí de nuevo estaba su adorable puchero, poniendo en prueba mi autocontrol por octava vez en la última hora. A este paso tiraría al bicho por la ventana y violaría a Taehyung contra la pared.

Colors ⌠Vhope⌡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora